Hasta 2007 o 2008 teníamos 40 niños en el orfelinato, los conocíamos bien. De 70 niños ya nos ocupamos algo peor”.
Ese es el objetivo del Convenio de la Haya: que siempre que sea posible el niño siga en su país de nacimiento. Hasta los tres años no son adoptables fuera de su país. Resultado: de 2005 a 2010 las adopciones en los cinco principales países de acogida han disminuído el 36%.
Sin embargo la baja de adopciones es constante desde hace una serie de años. Los países quieren ofrecer un perfil de niños crecidos o de niños con necesidades especiales, con alguna discapacidad. Y lo que vemos es que lo que quieren las familias francesas, la mayoría de ellas, son bebés sanos, lo que no va a encajar con las propuestas de los países que dan niños en adopción”.
Una situación de estancamiento, mala para todos. Los padres potenciales se desaniman. Los orfelinatos se saturan.
Cédric tiene vivo el recuerdo de su proceso de adopción: “Me pongo en el lugar de los padres que quieren adoptar y a los que les cierran todas las puertas. La verdad es que es triste … no sé cómo van a ir las cosas”
Mientras, en países como Vietnam, niños sin padres no serán adoptados por residentes locales. Están condenados a seguir viviendo en el orfelinato.
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