17 iParent Magazine Junio/Julio 2015 www.iparentmagazine.com
parque? Les tomará una hora… como mínimo. Sus hijos se marcharán de esta experiencia con muchísima más paciencia que con la que llegaron; se darán cuenta de que por algunas cosas vale la pena esperar, que por otras no y que el mundo no se acaba por eso. En cualquier caso, ustedes papás, ganan.
8) La Ley de las Consecuencias Naturales. Otra lección fantástica que un parque de diversiones les enseñará a tus hijos es la de escuchar a sus padres. ¿Cuántas veces repetimos lo mismo una y otra vez hasta la saciedad, y sólo logramos ser ignorados? Deja que tu hervidero de diversiones local te ayude. Díselos una vez y deja que la Ley de las Consecuencias Naturales se encargue. “Lleva zapatos cómodos, no los bonitos”. “Ve al baño ahora, no podemos estar cada diez minutos en busca de uno por ti”. “Mantén tu botella de agua contigo”. “¡No hagas todos los paseos que marean seguidos!” ¿Les suena familiar? Se los has dicho millones de veces, en millones de paseos diferentes, y tus hijos siguen pensando que estás bromeando o algo parecido. Sin embargo, los parques de diversiones son un lugar perfecto para (disculpen la tan trillada expresión) dejarlo ir. “¿Que se te explota la vejiga?” “¿Que tienes sed?” “¿Que vas a vomitar?” Hablen con el encargado del parque niños, no los podemos escuchar entre el sonido de la montaña rusa, la música y la alegría de la Ley de las Consecuencias Naturales gritando “¡Te lo dije!”
7) Te sentirás mejor sobre su crianza. Esto pasará, no porque has hecho un trabajo intachable durante los largos meses de invierno, sino por las probabilidades. Estadísticamente hablando, la probabilidad de que tu hijo sea el peor del parque es mucho menor, a que sea el peor de Walmart cuando te acompaña. En un mar de miles de niños, hay de hecho un chance decente de que tu hijo resulte todo un santo, incluso después de haber corrido desaforadamente para agarrar puesto en la atracción y haber presionado el botón rojo grande del encendido, con su mano gordita. El personal del parque gritará; los padres saldrán corriendo a rescatar a sus niños del caos inminente… Pero en 10 minutos, otro diablito hará de las suyas, dejándote a ti como el padre estrella (a pesar de los cinco minutos de berrinche que tu hijo armó, luego de que lo sacaras del paseo por sus particulares acciones… Historia de la vida real).
6) Tus hijos crecerán mas cerca de Dios. ¿Quieres que tengan más temor de Dios? Déjalos que enfrenten a la muerte tan pronto se suban a la primera montaña rusa. Frases como “¡voy a morir!”; “¡ay Dios mío!”, brotarán de sus pequeños labios como fuego ardiendo. Oraciones y promesas acerca de nunca más mentir deberían ser grabadas, así que mantengan sus celulares a la mano en todas las atracciones.
5) Presión social positiva. ¿Tienes algún hijito cobarde en particular? Sí, yo también. Los parques de diversiones les permiten a los padres dejar que la presión social trabaje a su favor, para variar. Naturalmente, siempre habrá esos amantes del peligro que quieren subirse a la montaña rusa más alta sin gritar, sin cerrar los ojos y con los brazos arriba. ¿Se burlarán de tu alfeñique por mojar un poco los pantalones mientras esperan para subirse? ¿Le inventarán nombres? ¿Existe la posibilidad de que tu hijo se monte en la más aterradora del planeta y luego de bajarse, continúe odiándolas? Oh sí. Pero también es posible que tu frágil hijo enfrente sus miedos y descubra que de hecho ¡le encantan! Aún más probable es que disfrute diciéndoles a todos por los próximos tres años acerca de la vez que se subió a la montaña rusa más grande del mundo y de cómo sobrevivió para contarlo. Señores, las historias de guerra no son solo para veteranos.
4) Finalmente entenderán cómo fue tu embarazo. Cuando tus adorables diablitos actúan como colosales malcriados, lo primero que quieres decirles es todo el tiempo que los cargaste en tu vientre; lo que le hicieron a tu cuerpo; que nunca más pudiste dormir, y que así como los trajiste a este mundo, ¡no tienes ningún problema en sacarlos! Madres, les presento los paseos que marean. Móntenlos en tres de ellos sin parar (sólo en tres, no será necesario hospitalizarlos). Conforme comiencen a palidecer, pídanles que guarden ese recuerdo (las náuseas, el mareo, la necesidad de acostarse, cerrar los ojos y todo pare de girar). ¿Sientes que vas a morir hijito? ¡Bueno, ESO sentí durante nueve meses! Recuerda ESO la próxima vez que quieras hacer un berrinche en Applebees, cielito. Comenzarán a apreciar lo que hiciste por ellos. Puede que incluso crezcan y te llamen “bendita”. spinning. Feel like you’re going to die, sweetheart? Well, THAT is what I went through for nine month! Remember THAT the next time you want to throw a tantrum in the middle of Applebees, darling. They will have a new appreciation for you made. They may even rise up and call you blessed.