Editorial
MI HERMANO EL GORILA
Mucho se ha especulado acerca del parentesco entre el humano y el mono. Las especies de diferentes tipos de simios son las más cercanas tanto en genotipo como en fenotipo a la humana. Una de las grandes preguntas que se han hecho concierne a la búsqueda del eslabón perdido pero es en el terreno de la fantasía donde se han popularizado más estos nobles parientes.
Lamentablemente, la región habitada por los gorilas es codiciada y expoliada, con un balance de centenares de miles de muertes humanas en las últimas décadas, una degeneración ocasionada por el abuso infantil como material de guerra, ocasiona un absoluto desprecio por cualquier clase de vida.
La labor truncada de Dian Fossey, la continuada de Jane Goodall y de muchos otros investigadores y activistas, iluminan un camino de esperanza en la salvación de nuestros hermanos los gorilas.
Edgar R. Borroughs los lanzó a la fama mundial cuando convirtió una manada de gorilas en guardería del hijo perdido y último descendiente de la dinastía Greystoke. Kala fue su nana y Kerchak su padre adoptivo; éste no lo quería porque era muy feo y sospechaba juego sucio debido a la ausencia de parecido entre los dos. En el grito de Tarzán se resume una especie de coexistencia pacífica y cooperación entre las dos especies. Al final todo se reduce a la supremacía del blanco - indudablemente inglés aunque a partir del siguiente siglo la situación cambiaría - defendiendo a los pobres e ignorantes negros africanos y los gorilas sólo serían una comparsa más. En el fondo la historia no se diferencia mucho de otras donde niños han sido criados por animales salvajes.
Otro hito lo marcó la creación del gran Rey Kong; este simio gigantesco es cazado en su hábitat natural y llevado a Nueva York para ser exhibido como estrella de circo. El tema aparenta ser una crítica al afán de lucro que lleva a cometer actos contra la naturaleza y sus criaturas, aunque me temo que lo único que se logra es criticar a los circenses por no haber logrado dominar y domesticar al gran salvaje.
En la ya larga lista comenzada con “El planeta de los simios” se plantea una inversión de la situación, donde los simios evolucionan y los humanos se degradan llegando a una sociedad donde los primeros tienen la supremacía. Esto ocurre invariablemente por un error humano, la gran especie depredadora que se empeña en destruir no sólo el planeta sino a sí misma. Implica también el temor, ante la existencia de especies cercanas a la humana, de que evolucionen y tomen el comando. No es muy original el dotar a la civilización imia de los mismos defectos que la humana.
Quico Calderón
Dian Fossey
Jane Goodall