Noticia en el Tiempo
Pocas veces ha existido una semana más compleja en términos de imagen y seguridad
para TransMilenio como esta. El reporte de un atraco masivo en uno de los buses el lunes
y el cortocircuito entre la Policía y el Distrito hicieron que muchos se preguntaran qué pasa
con el sistema que transformó a Bogotá hace 15 años.
Se destacaba por la ausencia de vendedores ambulantes y de gente comiendo en los
buses, por el cuidado que los ciudadanos le tenían, por la prontitud de los arreglos en
buses y estaciones y por la bajísima tasa de robos. Pero sus puertas están averiadas y
sus instalaciones, llenas de músicos, habitantes de la calle y comercio informal. Incluso,
es común ver grafitis, colados y atracos con arma blanca. (Lea: No sé cómo contarle a mi
hijo: esposa de hombre que murió por colarse)
No solo se trata del caso del lunes. Esta semana hubo otro en la estación de la 100 (sin
confirmar) y también se ‘viralizó’ el video de un hombre con un cuchillo dentro de un bus
que embistió la puerta a patadas para huir. Se reportaron además otros dos casos en los
últimos seis meses, pero han sido tachados como falsas denuncias, ante la ausencia de
pruebas.