Si los niños han comido abundantemente deben esperar 2 horas antes de meterse en el agua con el fin de evitar cortes de digestión. Si la comida o la merienda ha sido suave pueden entrar al agua, pero no de golpe. Primero los pies, luego las piernas hasta la cintura y por último el torso.
Los bordes, trampolines, toboganes y escaleras de las piscinas pueden ser muy resbaladizos en caso de estar mojados. Es conveniente enseñar a los niños que tienen que ir con cuidado y llevar puestas las chanclas.