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que en las nuevas generaciones veo menos esa ingeniería de oficio, esa por profesión, en el sentido de saber calcular, diseñar, se ve poco.

Chile está más centrado en el comercio y la transacción, pero yo creo que la innovación de valor viene de crear productos y servicios nuevos, y eso se ha ido perdiendo. Los ingenieros que hoy les gusta meter las manos y crear fierros, no la pasan bien, porque tienes un ecosistema que no fomenta eso. Se da énfasis en el negocio más rápido.

-¿Qué aspectos tiene que mejorar el ingeniero chileno?

-El idioma es clave. Si quieres saber lo que está pasando, tienes que manejar el inglés. La gente lee poco, y eso es grave, pero lo segundo, tienes que leer rápido para entender. También, tener esa hambre y capacidad de hacer cosas distintas, nuevas, y entender lo que está pasando. Falta un ímpetu fabril, de crear cosas. Yo veo algo más en esta generación nueva de crear nuevas empresas, pero no lo veo con fuerza suficiente en ingeniería.

Lo nuevo acá en Chile es muy poco. Afuera, el “cabro” que la lleva es el que está creando Netflix o diseñando el Ipad, en cambio acá el compadre que la lleva es el que está haciendo la re-ingeniería social, liderando las marchas, y yo tengo la impresión que eso es algo más sencillo, de echarle la culpa a los otros.

sencillo, de echarle la culpa a los otros.

En otros países, la ciencia en los colegios es lo que atrae, y el que la lleva es el que genera nuevas cosas. En Chile es imposible llegar a un nivel de evolución si no partimos por ahí, y debemos trabajar para que se logre el desarrollo.

-¿Es necesario que las empresas se relacionen de forma más directa con el quehacer universitario?

-Yo creo que sí, existe una distancia más o menos grande, y no estando en la empresa es difícil acercarla, porque quizás uno no sabe cómo hacerlo. Está el material ahí, pero en general es tan terrible esto que el “cabro” que estudió Ingeniería Civil Estructural terminó trabajando Cencosud y el que estudió Ingeniería Electrónica es gerente general de MetroGas. Al final, me doy cuenta que hay una brecha tremenda entre lo que se estudió en la carrera y lo que se ejerce.

Las carreras están empezando a ser una especie de filtro. Lo que pasa es que lo que se estudió no es aprovechable en lo inmediato. Los “cabros" al final aprenden en el trabajo lo que tienen que hacer. Yo creo que ahí hay un problema, y el oficio falta, que se enseñe realmente lo que se está haciendo en la empresa, y trabajar con ellos. La universidad debería entregar las herramientas para desempeñar tu futuro laboral, pero no pasa eso, como sí pasa en el extranjero.

-¿Cuáles son las industrias que se vería más beneficiadas por la formación de ingenieros de clase mundial?¿Existen potenciales nuevas industrias que pudieran potenciarse de este cambio?

-Yo ahí haría la revolución, en el sentido que me da lata que hayan industrias que determinen carreras, y ojalá que salgan “cabros" con mente súper abiertas que abran industrias. Nosotros tenemos potencial de hacer muchas industrias nuevas. Tenemos toda una minería que debiera dar para muchas cosas, pero lo que se está creando acá es poco.

No hay que pensar en barreras específicas, hay que pensar en un cambio de mentalidad. Nosotros tenemos que estar dispuestos a ser creativos, a aplicar nuestros conocimientos como ingenieros, para desarrollar estos nuevos procesos y productos, pensar en grande, y echarle para adelante. Hay que hacer un esfuerzo en este país para superar el tema de la desconfianza, hay que confiar más en la gente y darle más libertad.

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