INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 308

En resumen, un triunfo formidable, no de las fuerzas comunistas en el campo de batalla, sino de su lnfiltración en Norteamérica. Además, el pueblo americano quedó traumado, decepcionado, desorientado, poco dispuesto ya a cualquier lucho para detener el avance del comunismo. POR SI SÒLO EL MARXISMO NO PUEDE SUBSISTIR. Sin el equipo que por valor de diez mil millones de dólares Roosebelt le obsequió a Moscú a partir de 1941, sin la apertura de tres frentes por parte de Occidente, y sin el alud de secretos que el Movimiento de infiltración le suministraba desde Berlín, la URSS hubiera sucumbido rápidamente ante el ataque alemán. El bloque marxista domina ahora algo más de la mitad de la población mundial, pero no podría seguir haciéndolo sin la ayuda que recibe de Occidente. Donde el marxismo domina, lo producción se desploma, la iniciativa se atrofia, el almo se asfixia, de manera que en sí mismo lleva el germen de su destrucción. Sin lo traición que desde Occidente lo auxilio, el comunismo habría perecido ya. Los departamentos de Agricultura y de Comercio de los Estados Unidos han vendido trigo a la URSS a razón de 62 centavos de dólar más barato, por bushel, que el precio que pagan los consumidores norteamericanos. De esa manera resulta que el contribuyente de EEUU subsidia el régimen de Moscú. Donde quiera que el comunismo ha logrado apoderarse de un nuevo país, lo mismo en Vietnam que en Argelia o en Angola, ha necesitado urgentemente de la ayuda del Departamento de Estado americano. Ayudo en armas, en maquinaria, en víveres o en dólares. Todo eso ha sido facilitado por el Movimiento de Infiltración. El 7 de octubre de 1966 el Presidente Lindon Baynes Johnson anuló la prohibición que existía para exportar 400 diversos mercancías hacia los países comunistas A lo vez, autorizó al Export-lmport Bank para que garantizara créditos a favor de los regímenes marxistas. Utilizando esa franquicia, el Export-Import-Bank emitió bonos para fiar mercancías a las dictaduras rojas. Los primeros bonos de 500 millones de dólares fueron rápidamente comprados por bancos y compañías israelitas, pues pagaban un medio por ciento más de interés que los demás bonos americanos. Ahora bien, como la URSS nunca ha pagado sus deudas, se tiene la seguridad de que tampoco pagará las mercancías americanas que ahora se le están enviando a crédito. Pero los compradores de los bonos no perderán ni un centavo, pues el Departamento del Tesoro de Estados Unidos figura como aval de dichos bonos. 308