INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 284

De ninguna manera era posible lograr una transacción con Occidente. Entonces en Occidente era un crimen inconcebible que alguien quisiera hablar de tregua o de paz. Mientras, en el Oriente la URSS había iniciado (enero de 1945) nueva ofensiva en todo el frente. El 6º ejército SS fue retirado de fa zona de las Ardenas y enviado a Hungría para detener el ala izquierda de la embestida comunista. Otras unidades alemanas irían siendo también retiradas del frente de los ejércitos americanos, inglés, canadiense y francés para acudir al frente antibolchevique. El coronel Skorzeny dice que al concluir la ofensiva de las Ardenas "Hitler debía de poseer un enorme dominio de sí mismo ya que no aprecié en él ninguna huella de depresión por el fracaso de la ofensiva, en la cual se habían depositado tantas esperanzas. 'Vamos a lanzar una ofensiva de gran fuerza en el Suroste', me dijo al despedirme". Trataba de recuperar los pozos petroleros de Rumania. El mariscal Manstein dice que un alto oficial que trataba a diario a Hitler le refirió lo siguiente: "Las bajas de que tenía que enterarse Hitler con detalle o que le eran descritas con todo lujo de detalle plástico, se le hacían penosísimas, y se le veía literalmente abrumado bajo el peso de tales descripciones, lo mismo que se advertía su doloroso sufrimiento cada vez que tenía noticia de la muerte de personas que le eran conocidas. Mi opinión, formada en años de continua observación, me lleva a creer que nada de teatral había en esto, sino que eran una auténtica faceta de su personalidad, y que si ante la galería acentuaba su indiferencia, lo hacía justamente para prevenirse contra el peligro de que su fina sensibilidad lo arrastrase por caminos inconvenientes. Por eso y no por otra razón era por lo que ya no se avenía a visitar los frentes ni las ciudades bombardeadas. No porque careciese de valor personal, sino por la aprensión de su emotividad6 Frecuentemente teníamos ocasión de observar en los medios privados, cada vez que salía a relucir el tema del rendimiento y penalidades de nuestras fuerzas, cómo sabía apreciarlos y cómo se condolía de las fatigas que no podía ahorrarle a los combatientes, sin distinción de grado por cierto". (1) Hitler trataba de infundir ánimo y ciertamente no lo hubiera conseguido externando sus temores o sus depresiones. Guderian dice que le parecía un solitario que no podía confiar todos sus sentimientos a nadie, y que a veces en el desayuno lo veía con su perra alsaciana "Blondi", “a la que le daba de vez en cuando trozos de pan seco.” (1) Victorias Frustradas.- Mariscal Von Manstein. Este dice que su informante "no ha sido, lo reconozco, de los secuaces y admiradores de Hitler". Las bajas en los frentes llegaban a cinco millones de soldados. 284