INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 148

Los informes de Nebe, de lo que sucedía durante las sesiones de los mandos de la Gestapo, nos proporcionaban unos conocimientos invalorables y nos permitía evitar ciertos escollos.” (2) E! Movimiento de Infiltración no tenía muchos miembros, pero se hallaban colocados en sitios importantísimos. Su meta esencial era salvar al marxismo. Primero quisieron enganchar a Alemania con la URSS, como había empezado a hacerlo el Tratado de Rapallo, y cuando vieron que esto no era posible empezaron a enviar secretos a Moscú para que derrotara a las tropas alemanas. Dicho movimiento permaneció siempre con este claro propósito. Sus miembros no cambiaron jamás de actitud, ni en los años en que Alemania iba de triunfo en triunfo, ni cuando la victoria estaba cerca, ni cuando era factible lograr una paz ventajosa. Ellos luchaban por el marxismo, según lo reiteró después de la guerra Rudolf Roessler, el intermediario entre la Infiltración radicada en Alemania y el Alto Mando soviético. Es importante distinguir que además de la Infiltración había un pequeño grupo cambiante de descontentos que no simpatizaban con Hitler, o que creían en otra línea política menos audaz, o que ante las grandes dificultades perdían la moral. Estos hombres no eran propiamente infiltrados, aunque el movimiento de infiltración los cultivó y los utilizó ocasionalmente para sus fines. (l ) El Almirante Canaris.-Karl F. Absbagen. (2) La Oposición Bajo Hitler.-Tte. Cor. Fabián Von Schlabrendorff. Estos últimos buscaban categóricamente la derrota de Alemania como un medio para erigir un nuevo Régimen que fuera adicto a Moscú. Eso mismo había ocurrido en Rusia en 1916-1917, cuando los comunistas encabezados por Lenin, Trolzki, Stalin, Kamenev, Zinoviev, querían la derrota de Rusia en la primero guerra mundial para que sobreviniera el caos y pudiera luego surgir un régimen marxista. Por eso la Infiltración que operaba en Alemania maniobró para que Hitler no lograra la paz con occidente; saboteó el esfuerzo bélico; transmitió secretos a fin de hacer fracasar la lucha en diversos frentes occidentales y, finalmente, desde que se inició la invasión de la URSS, desplegó un esfuerzo supremo para ayudar de mil modos al Ejército Rojo. Los generales Hammerstein, ex jefe del ejército y Ludwig Beck, ex jefe del Estado Mayor General, nunca aportaron una idea ni movieron un dedo a favor de la lucha que su país realizaba, pero sí estuvieron siempre conspirando para provocar un cataclismo interno. Canaris, Schacht, Hassell, Oster y otros más quizá cientos eran de la misma condición. 148