INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 108
Y con ese núcleo racial-ideológico operaban otros que no eran del mismo origen,
pero que habían sido víctimas de la infiltración mental hasta un grado
inconcebible. Algunos con la idea de servir a una idea universal, humanista, ajena
al “antiguo” y tradicional concepto de Patria.
En la segunda mitad del siglo XVlll el.rey de Prusia, Federico el Grande, acogió a
los judíos que huían de .Austria y Hungría y les concedió la ciudadanía alemana
ton plenos derechos. Muchos de los descendientes de esos inmigrantes se
iniciaron en la carrera de las armas, que ofrecía gran porvenir e influencia en
Prusia, y sus descendientes llegaron hasta el Tercer Reich de Hitler.
Ciertamente Hitler ordenó en 1933 que se desplazara de los altos puestos a los
judíos, pero no quería provocar suspicacias en el ejército y aplazó esta orden para
los militares hasta 1934. "Era de prever que los oficiales eliminados serían
numerosos, ya que la mayor parte de las familias de la nobleza alemana contaban,
entre sus antepasados, con judíos que habían ornamentado sus blasones. La
depuración fue discretísima: 5 oficiales, 2 cadetes, 3l suboficiales y soldados
pagaron por el total. En la marina fueron 2 oficiales, 4 cadeies y 51suboficiales y
clases"(1)
Por una parte Hitler trataba de atraerse al Estado Mayor y no quiso crear
perturbaciones con medidas que parecieran demasiado radicales, y por otra los
militares de ascendencia judía se hallaban perfectamente camuflados como
alemanes según la vieja técnica que durante siglos han seguido los criptojudíos. Y
con astucia persistente se atrajeron a otros.
El hecho es que dentro de los mas altos mandos del ejército operaba un reducido,
pero eficaz grupo de infiltrados que buscaban implacablemente la derrota de ese
ejército.
En 1940-1941 Alemania había triunfado en Austria, Checoslcvaquia, Polonia,
Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Francia, Yugoslavia, Grecia, África y
Creta, de tal manera que la victoria final estaba más cerca que nunca. Tenía ya
aseguradas abundantes materias primas y se hallaban en período de
perfeccionamiento nuevas armas. La situación de Alemania era mejor que en el
mejor momento de la primera guerra mundial. La conspiración no tenía exculpante
ninguna desde el punto de vista militar, ni desde el punto de vista patriótico. Era
traición deliberada, madurada, consciente, para frustrar lo que podía, lo que pudo
ser la victoria final sobre el marxismo.
El 18 de diciembre de 1940 Hitler cambió impresiones con un grupo de generales
acerca del plan para invadir a la URSS (cosa que haría seis meses más tarde) y
pidió el máximo secreto, pero una semana después el texto íntegro de ese plan
puesto en clave estaba siendo recibido en Ginebra por Rudolf Roessler, y
retransmitido a Moscú por Christian Schneider y Alexander Foote, ex combatiente
comunista en España.
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