INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 76
Salvador Borrego
de campaña antinatal sus obras teatrales, tan frecuentemente inmorales o
disolventes, quedaban prohibidas; en las finanzas no podrían realizar
operaciones de agio o especulación, etc., etc.
Antes de que esas leyes fueran promulgadas, e incluso antes de que Hitler
llegara al poder, ya el Congreso Judío Norteamericano le había declarado la
guerra a Alemania. El famoso rabino Stephen Wise refiere en su libro "Años de
Lucha" todos los esfuerzos que realizaban (dentro v fuera de Alemania) para
evitar el ascenso de Hitler. Dice que al principio muchos de los líderes hebreos
creían (lo mismo que Stalin) que Hitler no llegaría a ser canciller, o que lo
derribarían rápidamente. En cuanto lo vieron triunfar se reunió en Ginebra la
Conferencia Mundial Judía y acordó promover una coalición mundial contra
Alemania. Tal acuerdo tenía por objeto defender al marxismo. Dos años
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después Hitler promulgaba las Leyes de Nurenberg.
Por otra parte, Hitler firmaba una alianza con Italia y Japón, contra el
comunismo internacional, y avanzaba en su intento de ganarse la amistad de
Francia e Inglaterra. Con esta última firmó un Tratado Naval (junio 18 de 1935),
que cedía a los ingleses la supremacía en el mar. La crisis de Austria fue
resuelta pacíficamente, y Alemania y Austria se unieron en una misma nación,
partiendo de la realidad de que eran un mismo pueblo.
Todo esto inquietaba a la Infiltración porque el régimen de Hitler se afirmaba
más y se acercaba a su meta de marchar contra el comunismo, cuya sede era
la URSS. Por tanto, decidieron aprovechar la crisis de Checoslovaquia a fin de
dar un golpe de Estado.
Checoslovaquia era un país inventado al terminar la primera guerra mundial,
con jirones de territorio y de habitantes arrancados e Alemania, a Eslovaquia y
a Hungría. No correspondía, pues, a una realidad étnica ni política. Pero era
una especie de puñal en "el bajo vientre de Alemania”. Hitler trataba de remover
este obstáculo para su proyectada marcha hacia la URSS. Tenía casi la
seguridad de lograrlo pacíficamente, pero era claro que no podía prescindir de
realizar aprestos militares. En 1938 comenzó a prepararse el Plan Verde.
Al enterarse de eso Ludwig Beck (jefe del Estado Mayor General) apremió a
varios generales a dar un golpe de Estado. Los generales Stuelpnagel y
Witzleben apoyaban a Beck. El jefe del ejército, general Brauchitsth, era
apolítico, pero Beck le decía que urgía evitar la guerra y así logró que
Brauchitsch aceptara participar en el golpe.
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Diez años después se escogió simbólicamente a Nurenberg para ahorcar ahí
a los jefes alemanes prisioneros.
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