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INFILTRACIÓN MUNDIAL
Otros pilotos experimentados, ya sin equipo de vuelo, se alistaban en la
infantería, en el frente antisoviético. La Luftwaffe había perdido 150,000
hombres, incluso 70,000 del personal de vuelo. Muchos de sus miembros
daban en tierra la última batalla.
Hitler se atrincheró en Berlín, donde los bombardeos habían destruido dos
millones doscientas cincuenta y cuatro mil viviendas y dado muerte a 49.600
civiles. El área destruida de Berlín v de otras grandes ciudades alemanas era
mayor –ciudad por ciudad- que la destruida después en Nagasaki por la bomba
atómica.
A mediados de abril los soviéticos embestían sobre el río Oder, a 60 kilómetros
de Berlín, y en todo el frente, con 41.000 cañones, 6.300 tanques y cañones
motorizados y 8.000 aviones.
Hitler había retirado casi todo el equipo pesado del frente occidental y lo
lanzaba a la batalla contra los soviéticos, a los cuales les oponía 8.000 cañones
y 1.200 tanques. En esos momentos las tropas americanas del 3º y del 9º
ejércitos llegaron hasta el río Elba, 65 kilómetros al oeste de Berlín. Podían
seguir avanzando más al oriente y ocupar casi toda Alemania. Tenían el camino
libre, pero aunque Roosevelt acababa de morir el día 12, la camarilla de sus
herederos, encabezada por Harry S. Truman, prohibió que las fuerzas
americanas avanzaran más.
El más distinguido de los generales americanos, George S. Patton, comandante
del tercer ejército, creyó su deber seguir adelante y cruzó el río Elba, pero
inmediatamente recibió órdenes de retroceder. ¿Por qué? -se preguntaba-
¿Occidente estaba cediéndoles a los comunistas la ocupación de gran parte de
Alemania? ¿Por qué a los soldados americanos se les había empeñado hasta
la muerte para que rompieran sucesivamente dos frentes alemanes en
occidente y luego se les impedía ocupar territorio cuando prácticamente ya no
había resistencia?... Entretanto, Berlín libraba la última batalla contra el
comunismo.
El español Antonio Ansuátegui, que entonces se encontraba en la capital
alemana, refiere que por todas partes se veían escombros. En alguno de éstos,
un soldado alemán escribía un letrero: "Vuelvo al frente. He estado de permiso.
¿Dónde están? Escríbanme". . .'Sobre la pared de otra ruina: "Aquí descansa la
familia Z, que sucumbió entera en el bombardeo del 3 de abril"… "Es indudable
–agrega Ansuátegui- que la llegada del Führer produjo un movimiento de
entusiasmo… Un levantamiento de la moral en los combatientes que tuvo
muchas manifestaciones el día del cumpleaños de Hitler, día en el cual incluso
muchas ruinas estaban engalanadas con las banderas de !a cruz gamada.”
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