INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 260
Salvador Borrego
Sufriendo fuertes bajas por el fuego enemigo, los zapadores alemanes
removían minas y fijaban banderines o trazaban líneas en el suelo indicando
por dónde podrían pasar sus tanques. Los tanquistas se dirigían disparando
directamente sobre los emplazamientos de cañones o sobre los tanques
enemigos. La infantería se filtraba saltando de hoyo en hoyo, y una línea
defensiva era rota, pero inmediatamente después había otra, y entre cada una
de ellas operaban fuerzas soviéticas que contraatacaban.
Nada de la ofensiva alemana era un secreto para el Ejército Rojo. Sabía
cuántos tanques y cuantos cañones embestían en cada sector. Conocía las
características del nuevo'"Tigre", el alcance de sus cañones y el grueso de su
coraza, el sitio en donde se detendrían para cargar nuevamente gasolina y los
lugares en donde una ola de asalto sería relevada por la ola siguiente. Y con
todos esos datos en la mano, los soviéticos tenían multitud de emplazamientos
de artillería para encajonar a los asaltantes y batirlos desde todas direcciones.
Fue aquella la más grande batalla de tanques. Y la más extraordinaria porque
todos los detalles de la ofensiva alemana los tenía en su tuno el mando
soviético…Lo que las tripulaciones de tanques y la infantería hicieron por
continuar adelante tocó los límites más altos del espíritu militar.
Los soviéticos contraatacaron en el centro, sobre el 2º ejército alemán, que era
el menos fuerte. El 9º ejército, de Model, suspendió su propia ofensiva paro
acudir en auxilio del 2º ejército y se trabó una guerra de movimientos en la cual
los rojos fueron superados en táctica y velocidad de maniobra.
En dos sectores el frente soviético fue perforado y hendido hasta una
profundidad de 14 kilómetros. Al llegar el decimocuarto día de incesantes
combates los alemanes habían padecido 40.000 bajas. Por su parte habían
destruido 3,000 tanques pesados soviéticos y 1,827 ligeros (el doble de los
tanques alemanes empeñados en la lucha); 2.200 cañones, 1,080 morteros y
2.344 aviones. Por lo menos habían muerto 17.000 soviéticos y 34.000 habían
caído prisioneros. El número de heridos se calculaba en más de 40.000.
Aunque chocando con extraordinarias dificultades, la operación Ciudadela iba
avanzando. El decimocuarto día de lucha hubo una relativa tregua porque
ambos bandos reagrupaban fuerzas para una segunda fase. Era el día 19 de
julio.
Entretanto, 9 días antes (el 10 de julio) los ejércitos aliados del general Dwight
David Eisenhower habían desembarcado en la isla de Sicilia. La invasión de
Europa entrando por Italia era inminente. Mussolini estaba deprimido y el día 25
se dejaba derrocar y hacer prisionero del rey v del general Badoglio. Medio
millón de soldados italianos recibían la orden de colaborar con los aliados para
cercar y aniquilar a seis divisiones alemanas que se hallaban en el sur de Italia.
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