INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 236
Salvador Borrego
Quedaba poco tiempo para descubrirlos antes de que su terrible actividad
anulara las posibilidades alemanas de victoria.
La Gestapo conocía el peligro y tenía prisa. Pero en el oscuro terreno de las
actividades secretas todo es lento. Lento para quien actúa y para el que lo
busca. Es la comarca de las tinieblas.
En el otoño de 1942 había sido capturado un agente, Schmidthuber, que
ilegalmente trataba de pasar a Suiza con divisas de circulación prohibida.
Siguiéndole el hilo se le encontró conexión con Han von Dohnanyi, consejero
del Tribunal del Reich, y se le detuvo. Dohnanyi era infiltrado y se le
descubrieron documentos, uno de los cuales tenía como clave una "O". Por
diversos tenues indicios la Gestapo tuvo sospechas de que se trataba del
general Oster, segundo de Canaris en el Servicio de Contraespionaje. Oster fue
separado del servicio y se estableció una vigilancia especial para ver con quién
se comunicaba.
El general SS Nebe, infiltrado en la Gestapo, le advirtió a Oster que
sospechaban de él. Oster quemó todos los documentos que pudieran delatarlo
y se abstuvo de comunicarse con sus cómplices. Estos también fueron
advertidos para que no lo buscaran.
El general Oster conocía todos los secretos de la Infiltración y su captura podía
ser desastrosa para los conjurados. El agente Röder tenía algunos indicios
contra él y realizaba minuciosas investigaciones, Canaris recurrió entonces a
una sutil maniobra. Habló con el mariscal Keitel, jefe del Alto Mando, lo
persuadió de que Röder estaba extralimitándose y consiguió que fuera enviado
a los Balcanes, muy lejos de Berlín. Además, le dijo al general Pfuhlstein,
comandante de la división Brandenburqo, que Röder se había burlado de esa
división llamándola "asociación de bromistas.” La división Brandenburgo
realizaba actividades de comando en el frenfe anticomunista de Rusia y se
jugaba diariamente la vida, por lo cual el indignado general Pfuhlsfein fue a ver
a Röder y lo abofeteó. Todo esto dio un respiro al general Oster, que seguía
encerrado en su casa.
Otra rama de sospechas –derivada de la captura de Dohnanyi - recayó en el
pastor Dietrich Bonhóffer, de la lglesia Confesional Protestante. Bonhóffer era
cuñado de Dohnanyi. Un año antes había hecho viaje a Estocolmo, Suecia, a
entrevistarse con el obispo anglicano George Bell, de Inglaterra, a quien le llevó
informes sobre la conjura para derribar al gobierno alemán y establecer un
régimen que hiciera cesar la lucha anticomunista.
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