INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 234

Salvador Borrego Tresckow había sido corredor de bolsa. En 1924 viajó por el extranjero e hizo amistad con personajes del mundo de las finanzas. A su regreso a Alemania cambió repentinamente de actividad e ingresó en el ejército, como oficial de Estado Mayor, a la sombra del general Ludwig Beck, que era jefe de los infiltrados en la rama militar. ¿Podría también distinguir la Gestapo que Ludwig Beck no era un simple opositor de la estrategia de Hitler, por razones técnicas, sino un enemigo que como ex jefe del Estado Mayor General había revelado secretos al adversario y seguía en comunicación con él? Beck movía muchos hilos de la conjura y continuamente estaba buscando la manera de que un cómplice ayudara a otro y de que todas las esferas del mando alemán fueran infiltradas por gente “de confianza”. Beck sabía influir en ciertos compañeros de carrera y había conseguido que su sucesor en la jefatura del Estado Mayor General, Franz Halder, diera comisiones importantes a oficiales del círculo conspirador. Halder creía que eran simples recomendados en atención a su pericia. ¿Podría la Gestapo detectar al general Friedrich Olbricht, con la cruz de caballero en el pecho, que desde su alto cargo de Jefe del Servicio General del Ejército actuaba para destrozar a Alemania por dentro? Desde 1940 ocupaba ese cargo. Desde antes que Hitler subiera al poder, entre 1926 y 1931, Olbrigcht cultivó contactos con agentes extranjeros y los conservó durante la guerra. En 1933, seis años antes de la guerra, Olbricht entró en complicidad con el Dr. Goerdeler y formó parte de la infiltración que éste coordinaba. Olbricht tenía bajo su mando las centrales de comunicaciones del Alto Mando del Ejército, desde las cuales salían los secretos, vía Ginebra, para salvar al marxismo. Además, tenía autoridad sobre las academias militares y centros de instrucción. Esto lo aprovechaba para introducir cómplices en diversas Planas 51 Mayores. ¿Lograría a tiempo la Gestapo descubrir que el general Erich Fellgiebel, de intachable hoja de servicios y de ostensible simpatía por el Führer, técnico eficaz, muy trabajador, Jefe del Servicio de Comunicaciones en la Comandancia Suprema del Ejército, hacía posible que desde su central salieran -vía Ginebra- los secretos alemanes que permitían a Moscú conocer cada paso alemán? ¿Podría la Gestapo encontrar pruebas de que el diplomático Ulrich Von Hassell, buscaba desde hacía años la derrota de Alemania? Hassell llevaba un diario en que anotaba sus anhelos íntimos. 51 Resistencia contra Hitler.- H.A. Jacobsen y E. Zimmermann, panegírico de los conjurados. 234