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INFILTRACIÓN MUNDIAL
Esto se repetía en cientos de sectores.
El Ejército Rojo, por sí mismo, no podía vencer al ejército alemán. Había alarma
en Moscú y en los círculos prominentes allegados a Churchill y Roosevelt.
El marxismo necesitaba más ayuda, que en forma de armas y abastecimientos
le estaban enviando sus dos principales protectores, pero también necesitaba
conocer más secretos acerca del ejército alemán. Y de esto se encargaba el
movimiento de infiltración.
Para la primavera de 1942 el alto mando alemán preparó una ofensiva en el
sector sur del frente. Debería empezar el 18 de mayo. El plan respectivo se
denominó con la clave "Fridericus".
La lnfiltración se enteró de ese plan y con la complicidad de varios jefes de los
servicios de comunicaciones del Estado Mayor General transmitió el 5 de mayo
una gran cantidad de informes a Ginebra, de donde fueron en el acto
retransmitidos a Moscú.
La ofensiva "Fridericus" -que empezaría el 18 de mayo- tendía a destruir los
ejércitos del mariscal Timoschenko. El mariscal Von Bock dirigiría la operación
valiéndose de los ejércitos 6º, 17º y 1º blindado. En Karkov se había formado
un gigantesco centro para el abasto de esos tres ejércitos. Los sitios escogidos
para irrumpir en el frente soviético estaban ya seleccionados.
Conociendo ese plan, el mando soviético se anticipó a la ofensiva de los
alemanes y el 12 de mayo el mariscal Timoschenko lanzó tres ejércitos
soviéticos muy poderosos para cercar al 6º ejército alemán y capturar Karkov.
Timoschenko conocía la ubicación de las divisiones del 6º ejército y golpeó en
los sitios más débiles. Logró avanzar durante cinco días. Una de sus columnas
llegó a 20 kilómetros de Karkov, por el norte, en tanto que la otra rebasó
Karkov100 kilómetros, por el sur, y estaba ya a las puertas de Poltava, cuartel
general de Von Bock.
Lo situación para los alemanes era muy delicada. El 6º ejército se hallaba en
situación muy comprometida y una gran cantidad de abastecimientos corrió
peligro en Karkov. Sin embargo, había un hecho positivo: seis divisiones del 6º
ejército estaban presentando resistencia a dieciséis divisiones del 28º ejército
soviético. Los jirones del frente alemán roto no se habían desplomado.
Von Bock disponía de dos ejércitos para contraatacar, pero dada su ubicación
no podían hacerlo más que en una sola ala. Von Bock dudaba que eso pudiera
dar buenos resultados. En ese momento su jefe de Estado Mayor no era (como
el año anterior) el general Tresckow (infiltrado peligrosísimo) sino el general
Sudenstern. Este alentó a Von Bock a lanzar la contraofensiva y le ayudó
activamente a improvisar los preparativos.
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