INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 112

Salvador Borrego le reprocharon al régimen soviético esas agresiones. Por el contrario, Churchill le envió a Stalin una carta personal el 25 de junio para “estrechar más sus relaciones confidenciales", según admite en sus Memorias. Respecto a los esfuerzos de Roosevelt por impedir que Alemania quedara con las manos libres para atacar al marxismo, el general Friedrich Von Bötticher, agregado alemán a la embajada en Washington, comunicaba al Alto Mando: "intérprete de los judíos que dirigen a las grandes masas americanas, especialmente francmasones, Roosevelt quiere que Inglaterra continúe combatiendo y que la guerra se prolongue… El grupo de Lindbergh está advertido de esta maniobra y trata al menos de oponer obstáculos a la fatal influencia de los judíos sobre la política americana… El elemento judío controla actualmente las posiciones clave de las fuerzas armadas americanas, tras haber colocado, en estas últimas semanas, en los puestos de Secretario de Estado para la Guerra, de Subsecretario de Estado para la Guerra y de Secretario para la Marina, a individuos de segunda fila, y haber puesto junto al Secretario de Estado para la Guerra, en calidad de secretario, a un judío conocido y muy influyente, el coronel Julius Ochs Adler... El elemento judío y Roosevelt temen (de Lindbergh) su espiritualidad y, sobre todo, su superioridad moral y su pureza". Con la guerra en Occidente se trataba de salvar a la URSS y por eso se estrellaban todos los esfuerzos pacifistas de Hitler. Entonces la propaganda presentaba como monstruoso hablar de paz, al contrario de lo que sucede ahora, que se levantan coros mundiales de paz cada vez que en Occidente se intenta detener al marxismo. PLAN CONTRA LA URSS: SOLO ACOSO EN OCCIDENTE. Recién terminada la campaña en Francia, Hitler le dijo a Von Brauchitsch (ascendido a Mariscal) y al general Halder, que pensaba atacar a Rusia “cuanto ante, mejor” y, de ser posible, dentro del mismo año". El Ejército y el Estado Mayor General deberían iniciar inmediatamente los grandes preparativos que esa ofensiva requería. No había sido eliminado por completo el frente occidental, pero en todo caso las camarillas que en Londres y en Washington frustraban los intentos de paz, tenían por capital espiritual al marxismo que reinaba en el Kremlin. La lucha con Inglaterra se reduciría a un acoso en el mar y en el aire y el esfuerzo principal se concentraría contra la URSS. Los planes para invadir a Inglaterra no pasaron de ser una lucubración en la que ni Hitler, ni el Estado Mayor, ni el Ejército, tenían verdadero interés. Ciertamente se hizo un bosquejo para desembarcar en Inglaterra una primera oleada de 12 divisiones alemanas, seguida de 27 más, contra 29 divisiones 112