INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 11

INFILTRACIÓN MUNDIAL INTRODUCCIÓN. La guerra es el drama que más profundamente hiere y sangra a un pueblo. Es la fuerza terrible, paradójicamente destructora y creadora a la vez, que tan pronto puede abrir paso a un ideal justo como imponer brutalmente la injusticia. En los umbrales de una guerra se angustia el alma de cada ser en un íntimo conflicto. El poderoso instinto de conservación que en forma natural rehuye el riesgo y el no menor poderoso anhelo de bienestar y comodidad que rehuye el sacrificio, se unen en la intimidad de la conciencia y se enfrentan al sentido del deber. En esta forma la guerra se plantea individualmente como una lucha interna, íntima, del instinto de conservación y del bienestar personal opuesta al peligro que los amaga. Y viene luego, el sentido del deber, de los valores espirituales, como fuerza que se les contrapone para hacer que el individuo afronte los más grandes riesgos. Esta lucha silenciosa, librada en lo recóndito de cada corazón, se decide cuando un ideal de Patria, de creencia o de fe se transforma en espíritu de combate y de sacrificio, que luego se manifiesta en las batallas y aun en las derrotas. Pero ese conflicto personal, que en forma más o menos intensa afecta a cada uno de los hombres en guerra, es sólo la parte individual, insignificante, del drama bélico, el cual en realidad tiene una existencia más vasta, superior a las voluntades individuales, supuesto que su esencia es el choque de fuerzas metafísicas. El soldado viene a ser solamente la manifestación, la encarnación de esas fuerzas; su manifestación transitoria en este plano de la existencia material. Aunque parezca paradójico, la guerra es más dura, más sangrienta, más hondamente llevada hasta límites insospechables de la resistencia humana, cuanto más bullen en ella, dándole origen, las fuerzas metafísicas del espíritu. Porque en la guerra, además de los cuerpos en combate, entran en lucha las fuerzas de lo positivo abstracto y de lo negativo abstracto, del bien y del mal. Por eso el drama de la guerra es el mayor drama de la historia. Ninguno envuelve a tantos hombres en un momento dado y ninguno los envuelve en un choque de fuerzas metafísicas tan superiores. Por eso las guerras están tan íntimamente ligadas a la evolución de la historia, ya sea para bien o ya sea para mal. Y es evidente que en estos conflictos colectivos las ciencias, las técnicas y las formas políticas de vida, e incluso las costumbres y la moral, dan un salto hacia adelante o hacia atrás. 11