Inclusión. Gaceta Educativa Edición Especial Octubre 2017 | Page 8
con TEA, aunque su efecto no se ha demostrado en la infancia.
Estimulantes (metilfenidato)
En la revisión realizada por la Red Canadiense de Investigación de la Intervención en
Autismo se destaca que en personas con TEA en las que se identifique también un
trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) el tratamiento con estimulantes
disminuye las esterotipias y el lenguaje inapropiado. Deben utilizarse con prudencia, ya
que su efecto beneficioso es menor y se han descrito efecto adversos con más
frecuencias que en la población general con TDAH, entre los que se incluyen:
retraimiento, irritabilidad, pérdida de peso y dificultad para conciliar el sueño.
Estimulantes alfa2 – adrenérgicos (clonidina)
No existe ninguna revisión sobre ese tratamiento en los TEA. En un ensayo clínico a doble
ciego sobre la eficacia de la clonidina, se observó una reducción en la hiperactividad y una
mejoría en la interacción social de algunas personas. Las limitaciones metodológicas del
estudio hacen necesarias investigaciones futuras para evaluar su eficacia en esta
población.
Naltrexona (antagonista opiáceo)
Su utilización se planteó debido a la posible relación entre un exceso de opioides
endógenos y la aparición del autismo. La revisión de la Universidad de Nueva Zelanda,
señala la falta de eficacia de este fármaco a corto plazo sobre la sintomatología autista,
concretamente en la reducción del comportamiento autolesivo en los TEA.
Melatonina
Es una sustancia considerada como la hormona del sueño, que en otros países se utiliza
para inducir el sueño y disminuir el número de despertares. Un ensay clínico ha vinculado
el autismo con una producción nocturna de melatonina deficiente y sus proponentes
indican que al carecer de efectos adversos podría constituir una excelente opción para la
población con TEA y trastornos del sueño.
Medicamentos antiepilépticos
Un porcentaje significativo de personas con TEA desarrolla convulsiones, que
frecuentemente comienzan durante la adolescencia temprana. El porcentaje de epilepsia
en el autismo oscila entre el 8% y el 30%, en función de la gravedad del trastorno y la edad
de las personas estudiadas.
Otras terapias biomédicas
Secretina. La secretina es una hormona duodenal que estimula la secreción pancreática
con lo que facilita la digestión. Este tratamiento se basa en hipótesis de que una mala
absorción intestinal permitiría el paso excesivo de determinados péptidos lesivos para el
sistema nervioso central, y en cierta mejoría anecdótica en un número reducido de
pacientes con autismo y diarrea crónica tras la administración de esta hormona.
Vitaminas y suplementos dietéticos
Las vitaminas actúan como coenzimas en la síntesis y regulación de neurotransmisores y
otros polipéptidos. Al constatarse hace años que las deficiencias en vitamina B6 se
asociaban con problemas neuropsiquiátricos e inmunológicos, se postuló que la
administración de megadosis de estos compuestos podría ser útil en el control de la
agresividad, autoestimulación y la mejora del contacto visual de las personas con TEA.
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