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Anticipo editorial
Actualidad de un “retorno” a la concepción de Orden Simbólico
Anticipo del libro Sujeto y Orden Simbólico: aportes de Peirce
para problemáticas de la clínica psicoanalítica de Oscar Zelis, Letra Viva, 2020
S
i uno se detiene un momento a escuchar desde qué ideas
o concepciones se abordan las problemáticas del hombre
en la actualidad, ya sea en las conductas individuales o
en la dinámica social, se comprobará que el discurso dominan-
te –que interviene en forma de discurso amo, en el sentido que
produce un efecto de sugestión-, establece la creencia de que
la subjetivad humana podría explicarse completamente desde
parámetros neurológicos, genéticos, hormonales, mecánicos y
fisiológicos. Las explicaciones desde el moderno conductismo,
cognitivismo y ahora desde las novedosas “neurociencias”, tra-
tan de dar cuenta del ser humano desde dichos marcos concep-
tuales y, cuando con buen ojo, observan que no son suficien-
tes para explicar ciertos hechos humanos, entonces recurren a
alguna idea vinculada a la supervivencia y necesidades de la
especie o, en el plano más individual, pueden llegar a aceptar
una explicación relacionada con la búsqueda de placer o de ho-
meostasis. Sin embargo, a poco que nos enfrentamos con lo real
del padecer actual del ser humano, se advierte que muchas de
las problemáticas más acuciantes quedan por fuera de los mar-
cos explicativos anteriormente citados, ya que no disponen de
conceptos que puedan articular una acción racional (científi-
ca) ante dichos dramas humanos. Por si hiciera falta citar al-
gunos, podemos llamar como embajadores de una extensa lis-
ta a: las pasiones amorosas, las conductas perversas, los odios
desmedidos, las inhibiciones, las tendencias suicidas, los chicos
“rebeldes” (trastorno oposicionista desafiante), los duelos no re-
sueltos, las conductas adictivas, las conductas sádicas o maso-
quistas, la anorexia, los trastornos psicosomáticos, etc., etc., …
Llama la atención la omisión, de algo que ya hace muchos
tiempo fue advertido y explicitado: la innegable injerencia de
lo que fue bautizado como Orden Simbólico, por ejemplo ya
en 1930 por Ernst Cassirer, quien afirmaba que para definir
al ser humano, la mejor fórmula sería la de animal simbólico
((Cassirer, 1951). En esa línea, años más tarde, Lacan avanza-
ba, y planteaba como base para empezar a entender algo del
sujeto humano, la necesidad de pensar qué es dicho Orden Sim-
bólico, donde estamos inmersos aún antes de nacer. En efecto,
dirá que el símbolo introduce “una realidad nueva en la reali-
dad animal” (Lacan, 1953/2005). El símbolo es lo que huma-
niza: “un mundo humanizado, simbolizado, constituido por la
trascendencia introducida por el símbolo en la realidad primi-
tiva” (Lacan, 1953-54/1985). Y explicará que:
“Cada vez que estamos en el orden de la palabra, todo lo que
instaura en la realidad otra realidad, finalmente solo adquiere su
sentido y su acento en función de ese orden mismo. Si la emo-
ción puede ser desplazada, invertida, inhibida; si ella está com-
prometida en una dialéctica, es porque ella está capturada en el
orden simbólico, a partir del cual los otros órdenes, imaginario
y real, ocupan su puesto y se ordenan.” (Lacan, 1953-54/1985).
Este es una de los ejes principales que componen nuestro li-
bro Sujeto y Orden Simbólico: aportes de Peirce para problemáti-
cas de la clínica psicoanalítica. En este texto, se abordan las con-
cepciones básicas de lo que podemos entender por Orden Sim-
bólico –de la mano de Charles Sanders Peirce, fundador, inicia-
dor de la Semiótica moderna-, para articularlas operativamen-
te con concepciones de la clínica psicoanalítica de cuño freu-
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diano-lacaniano. Al entrar en los textos peirceanos, inevitable-
mente se abren nuevos caminos y nos encontramos con otras
ideas y conceptos que se irán constituyendo a su vez en otras
herramientas y perspectivas que se revelarán de mucha utilidad
para el psicoanalista. En el libro se pasa entonces a investigar
también otros ejes –además de la articulación semiótica-psicoa-
nálisis-, a partir de los aportes lógicos y matemáticos de Peirce.
La conexión Lacan–Peirce no es caprichosa. Es el mismo psi-
coanalista francés el que se interesó por el polifacético pensa-
dor norteamericano, tomando ideas y articulándolas con sus de-
sarrollos psicoanalíticos, llegando a aseverar que con él com-
partía la misma “lógica trinitaria” (Lacan, 1976). Peirce por su
parte, plantea desde sus fundamentos una íntima relación en-
tre sujeto y signo:
“todo pensamiento es un signo (…) el hombre es un
signo, así, el hecho de que todo pensamiento sea un sig-
no externo prueba que ese hombre es un signo externo
(…) Por tanto, mi lenguaje es la suma total de mí mis-
mo, pues el hombre es el pensamiento” (Peirce, 1868).
Las distintas perspectivas de estas dos disciplinas –semiótica y
psicoanálisis-, son abordadas aquí en su punto de intersección:
el sujeto, en la medida que puede ser situado en coordenadas
semióticas. A partir de estas coordenadas, se avanza en aportar
esclarecimientos y nuevos “interpretantes” que amplían y enri-
quecen novedosamente el abordaje y la intervención en proble-
máticas concretas de la clínica psicoanalítica. Es así que podrán
situarse desde estas coordenadas muchas perturbaciones, sín-
tomas y padecimientos subjetivos como: 1) problemáticas en
la inscripción del sujeto en/del orden simbólico (por ejemplo el
autismo o las psicosis infantiles), o 2) como problemáticas del
sujeto en su funcionamiento simbólico (síntomas o inhibiciones
neuróticas, etc.). A su vez, se postula pensar los síntomas como
semiosis coartadas o desarticuladas, y la intervención analítica
como el acto de instalar o restaurar una semiosis plena. A lo lar-
go de la investigación se aplican estas concepciones a casos clí-
nicos concretos, que inductivamente muestran la validez de di-
cha articulación y se avanza en una operacionalización de varios
conceptos peirceanos, logrando integrarlos a algunos abordajes
psicoanalíticos, los cuales adquieren también así una formaliza-
ción y validación lógica y semiótica. Esto último también es un
aporte importante del libro, ya que avanza en producir una lec-
tura y transmisión interdisciplinaria (lógico-semiótica) de la ac-
ción eficaz del psicoanálisis en aquellos problemas de la conduc-
ta humana para los cuales los marcos teóricos más en boga en
la actualidad no ofrecen respuestas científicas.
Referencias bibliográficas
Cassirer, E. (1951). Antropología filosófica; México: Editorial CEF.
Lacan, J. (1953). Lo simbólico, lo imaginario y lo real. En De los nombres
del padre. Buenos Aires:Paidós, 2005.
Lacan, J. (1953-54). El Seminario de Jaques Lacan; Libro I: Los escritos téc-
nicos de Freud. Buenos Aires: Paidós, 1985.
Lacan, J. (1975-76). El Seminario de Jaques Lacan; Libro XXIII: El sintho-
me. Buenos Aires: Paidós, 2006.
Peirce, C. S. (1868). “Algunas consecuencias de cuatro incapacidades”. En
Obra filosófica reunida. Tomo I. México: Fondo de Cultura Económica, 2012.