Imago Agenda 207, otoño 2020 Agenda 207 | Page 28

LETRA VIVA LIBROS | Av. Coronel Díaz 1837 | Ecuador 618 | Buenos Aires, Argentina | Telefax 4825-9034 | www.imagoagenda.com Empatía, ética y clínica La transferencia en la época de la cuarta revolución industrial Escribe Nora Merlin [email protected] L a última revolución industrial trajo una explosión de nue- vas tecnologías que están cambiando la forma en que vi- vimos y representan lo que podemos denominar una mu- tación antropológica y de los lazos sociales. La “cuarta revolución industrial”, denominada así por Klaus Schwab en el Foro Económico Mundial 2016, se caracteriza por una fusión de tecnologías que están desintegrando las fronte- ras entre las esferas física, digital, y biológica. Se trata de una etapa marcada por avances tecnológicos emergentes en una serie de campos, incluyendo robótica, inteligencia artificial, computación cuántica, biotecnología e impresión 3D, que, en- tre otras mutaciones, está produciendo un mundo devenido in- ternet e imagen virtual. Esta mutación tecno-cultural va dejando paulatinamente el cuerpo real fuera de juego. Afirma Jean Baudrillard que con la virtualidad entramos en la era de la liquidación de lo real, la referencia y la exterminación del otro. En Cultura y simula- cro, Baudrillard recuerda un cuento de Borges sobre un mapa tan detallado, que implicaba una exacta correspondencia biu- nívoca con el territorio. Basándose en esa historia, señala que en la postmodernidad se ha borrado la diferencia entre mapa y territorio, siendo imposible distinguirlos; más bien el territo- rio ha dejado de existir y sólo quedó el mapa o el modelo vir- tual, simulacros que suplantan la realidad. Bifo Berardi, continuando las huellas de Baudrillard, descri- be en Fenomenología del fin al neoliberalismo como semioca- pitalismo, un modo de producción en el cual la acumulación de capital se hace esencialmente por la multiplicación de sig- nos: bienes inmateriales. Se trata de una semiología de la si- mulación basada en el fin de la referencia: el signo linguístico se ha emancipado plenamente y esa abstracción se desplazó hacia la ciencia, la política, el arte, las comunicaciones y todo el sistema de intercambios. El neoliberalismo, un capitalismo que ya no es industrial sino financiero, constituye el punto más avanzado de la virtualiza- ción financiera: el dinero se puede transformar en más dinero salteándose la producción de bienes útiles. El semiocapitalis- mo se basa en la desterritorialidad de la producción, el inter- cambio virtual y la explotación del alma como fuerza produc- tiva. Habitamos una cultura global transformada en un siste- ma de intercambios predominantemente virtuales que impli- can la sustracción del cuerpo, una mutación antropológica que se ha producido en la sensibilidad y, por lo tanto, en la habili- dad de percibir el cuerpo del otro. Esta última revolución ¿afecta la práctica del psicoanálisis? La respuesta es obvia, dado que la subjetividad se comunica cada vez más por máquinas y cadenas algorítmicas matemáticas, y cada vez menos por el encuentro de los cuerpos; los mensajes de texto, whatsapps, mails, y skype inevitablemente se introdu- cen por momentos en las transferencias y muchas veces consti- tuyen la posibilidad del análisis. Frente a este impacto, los psi- 28 | Imago Agenda | N° 207 | Otoño 2020 coanalistas deben tomar posición: continuar el camino habitual como si nada hubiese pasado, rechazar de plano cualquier intro- misión tecnológica en la clínica, o preguntarse por este efecto que, de hecho, nos guste o no, ya está incluido en los análisis. Si el inconsciente, como indicó Lacan, es el discurso del Otro, la subjetividad actual está atravesada y es hablada desde los me- dios de comunicación concentrados y por una configuración de cableados, inteligencia artificial, binarismos y algoritmos; obe- dece inconscientemente a las imágenes y a una tecnología di- gital. Redes, whatsapp, facebook e instagram condicionan há- bitos, percepciones, saberes, elecciones y sensibilidad. Muchos analistas bajo el argumento de una supuesta pureza teórica des- estiman y rechazan estas actuales formas tecnológicas. Nuestro punto de vista por el contrario adhiere a la indicación proferida por Lacan, acerca de que un psicoanalista debe estar a la altura de la subjetividad de la época. Entendemos que asumir tal posi- ción es un modo de no gozar con la autosegregación y continuar con un deseo decidido apostando a la hipótesis del inconsciente. Luego de volver a leer los principales textos consagrados al tema de la práctica analítica y la transferencia, constatamos que en ningún momento Freud o Lacan hablan de la relación paciente y analista como encuentro de cuerpos. No nos olvide- mos un dato que no es menor: la transferencia de Freud con Fliess que inaugura el psicoanálisis fue sostenida fundamen- talmente como intercambio epistolar. En su texto Sobre la dinámica de la transferencia incluido en los escritos técnicos, Freud intenta dar cuenta de que la cura de la neurosis se realiza por la vía de la actualización, repetición, agieren, en transferencia. Afirma que “nada puede ser capta- do, destruido quemado sino de manera simbólica, in effigie o in absentia.” Estos dos términos, in absentia, in effigie, son cen- trales y Lacan los retomará en dos clases del Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. En la clase 4 “De la red de significantes”, Lacan va desarro- llando las ideas centrales del texto freudiano y concluye que eso ausente que la representación intenta representar es de un real y que la transferencia es la actualidad de ese real. A continuación, en la Clase 5 del mismo Seminario, Tyché y automaton, Lacan prosigue intentando comprender el mencio- nado artículo freudiano y afirma que “La relación con lo real que se da en la transferencia, la expresa Freud en los términos siguientes: que nada puede ser aprehendido in effigie, in absen- tia.” En esta ocasión parecería que in effigie, in absentia cons- tituyen una forma imaginaria o simbólica a través de la cual no se puede aprehender lo real. Nadie puede ser ajusticiado in absentia o in effigie, implica que ni la palabra ni la imagen pueden representar del todo lo real y sin embargo constituyen las herramientas con las que cuenta el analista para sostener la propuesta de analizar. Dado que no se alcanza la aprehensión de eso ausente, la transferencia sería el enlace, la juntura que aloja un automaton, es decir, la insistencia de la deriva simbó- lica y un real que hace impacto pero que escapa. Ahora bien, In absentia, in effigie son las formas de llamar a lo que siempre está fuera de lugar y de lo cual sólo quedan repre- sentaciones ¿Cuál es el encuentro que se produce en la transfe- rencia? No hay encuentro con el sujeto porque su condición es que nunca va a la cita. Dice Lacan en ese mismo capítulo: “Los