Historia
de
M
aría Pérez García terminó
su secundaria en el IEEA a
la edad de 72 años; originaria de
Rancho Quemado, Cuilapam de
Guerrero, es un ejemplo de com-
promiso pues a pesar de su edad
y carencias, se animó a estudiar
la primaria y continuar con la se-
cundaria hasta terminarla. Siendo
la menor de 5 hermanos, comenta
que su padre la mandó a la escue-
la a la edad de 10 años, una vez
que ya habían terminado sus pri-
meros hijos, puesto que no podían
ir todos al mismo tiempo debido a
la situación económica de la casa,
así que Doña María solo estudió
hasta el 4º grado de primaria.
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I N S T I T U T O E S TATA L D E E D U C A C I Ó N P A R A A D U LT O S
“Desde que iba creciendo me
he dedicado a los quehaceres
de la casa, a limpiar, hacer tor-
tillas, lavar, planchar y ayudar
en el campo. Me casé, tuve hi-
jos y después de 15 años de
matrimonio, me abandonó mi
marido. Me dedico a vender
nueces, cacahuates, maíz y
lo que salga. Gracias al apoyo
del gobierno me sostengo. Si
yo tuviera un trabajo remu-
nerado, me animaría a seguir
estudiando, ya que estoy sola,
pero también tengo problemas
de visión en el ojo izquierdo y
cuando se me nubla la vista,
me canso y lo dejo”. (Comenta
en entrevista).
Doña María concluye en entrevis-
ta que está muy agradecida con
su asesora de la Plaza Comuni-
taria de Cuilapam de Guerrero, ya
que le tuvo mucha paciencia y le
enseñó a estudiar sus lecciones y
a contestar los exámenes de nivel
avanzado en la computadora -lo
que le gustó mucho-. Asegura que
aprendió rápido, pero que le falta
mucho más por aprender mejor.
“Ahora les digo a mis nietas
que lo que no fui de niña soy
ahora que ya estoy vieja”.
I N S T I T U T O E S TATA L D E E D U C A C I Ó N P A R A A D U LT O S
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