1. Planifica
Dale tiempo a tu memoria para
asimilar toda la información que
aprendiste con tus asesores y
sigue el orden en que abordaste
cada tema.
2. Autoconfianza
Cree en ti y en tu capacidad, al
fin y al cabo es solo una prueba
que superarás dependiendo del
empeño que hayas puesto en tus
asesorías.
PARLOTEANDO
3. Conoce el terreno
prepararte antes de
contestar un examen
Asegúrate de tener presente las
características bajo las que pre-
sentarás la prueba: oral -si tie-
nes debilidad visual-, escrita o en
línea, y por su puesto el tiempo
con el que cuentas para realizar
el examen.
4. Autoevalúate
Teniendo una idea de cómo será
el examen, trata de realizar prue-
bas piloto bajo características si-
5. Autocontrol
milares, de esta manera podrás
Los nervios aquí son nuestro blanco, pero con el detectar tus puntos débiles y
simple hecho de prepararte previo al examen, estás cuando hagas el examen real, es-
trabajando en este punto; reafirmando tu seguridad tarás preparado.
y confianza. Procura llegar con el tiempo suficiente
para relajarte y recargar una actitud positiva.
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I N S T I T U T O E S TATA L D E E D U C A C I Ó N P A R A A D U LT O S
¡Achuuuu!
P plemente alguien se acordó de ti
or una alergia, gripa o porque sim-
–dicen-, todas las personas, la mayoría
de los pájaros, mamíferos y reptiles es-
tornudan.
Es muy común que al estornudar los que
están a tu alrededor digan ¡Salud!, pero,
¿Por qué se dice salud cuando alguien es-
tornuda?, alguna vez te preguntaste ¿De
dónde surge esa exclamación y por qué la
utilizamos en ese contexto?
En tiempos de Aristóteles el estornudo era
algo divino y al que estornudaba le decían:
“Vive, que Zeus te salve”. Los romanos
decían: “Salve” y si estornudabas estando
solo, tú mismo decías esta palabra.
En el siglo VI, la población romana disminuyó
considerablemente debido a la peste de Jus-
tiniano, peste que recibió este nombre por el
emperador reinante de la época. Un estornu-
do era un posible síntoma de la peste y por
tanto cuando alguien estornudaba la comu-
nidad cristiana respondía con las expresiones
¡Dios te bendiga!, ¡Jesús! o ¡Salud!, esto con el
fin de espantar a la enfermedad.
Ahora cuando al estornudar te digan
¡Salud! sabrás de dónde provino esa ex-
presión y a quiénes se la debemos.
I N S T I T U T O E S TATA L D E E D U C A C I Ó N P A R A A D U LT O S
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