A pesar de mis años hoy puedo
contarles que ya se leer y escri-
bir. A pesar de que mi esposo no
confiaba en mi, hoy está orgullo-
so que pude salir adelante.
EPIFANIA QUIRóZ
Cada día que asisto a mis
asesorías, siento emoción por
aprender y sentirme útil a pesar
de mi edad.
Ángela Paola Hernández
Huautla de Jiménez
El Mosco, Santiago Ixtayutla
Gracias al IEEA ahora puedo leer
documentos y hacer trámites.
Alionso Molina Crisanto
Palomares, Matías Romero
Me alegra saber que el IEEA nos
haya presentado la oportuni-
dad de terminar la secundaria y
que mis paisanos y yo, no nos
quedemos con las ganas de su-
perarnos.
Isaías Chávez
Santa María Chilchotla
Aprendí a leer y escribir gracias
al IEEA, ahora ya puedo revisar
mis documentos y leer mis rece-
tas médicas. Estudiar en el IEEA me ayudó a
conseguir un mejor empleo y a
tratar de seguir superándome.
Elizabeth Apolinar Coatecas Altas, Ocotlán
Sta. Gertrudis Miramar
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I N S T I T U T O E S TATA L D E E D U C A C I Ó N P A R A A D U LT O S
Felipe Pérez Hernández
IGUALDAD Y EQUIDAD DE GÉNERO
F
recuentemente se confunde el
uso y significado de los términos
equidad e igualdad, por ello, en
esta colaboración de la Secretaría de
la Mujer Oaxaqueña para la revista
“JUNTOS IEEA” hablaremos un poco
sobre ambos principios, lo cual resul-
ta indispensable para el cumplimien-
to de la responsabilidad institucional
que todas y todos los servidores pú-
blicos tienen.
La igualdad es un derecho humano,
un principio consagrado en distintos
instrumentos internacionales: la Car-
ta de las Naciones Unidas (1945), la
Declaración Universal de los Derechos
del Hombre (1948); la Convención so-
bre la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer (CE-
DAW, por sus siglas en inglés), adopta-
da en 1979.
ENTRE IGUALES
La CEDAW tiene por objeto elimi-
nar la histórica discriminación contra
las mujeres por el simple hecho de
ser mujeres, y asegurar la igualdad
entre mujeres y hombres. Además,
es el instrumento internacional más
amplio en materia de derechos de las
mujeres; lo han ratificado 188 países
a la fecha, los cuales están obligados
a cumplir y emprender todas las me-
didas a su alcance para el logro de la
igualdad entre mujeres y hombres.
Todas y todos coincidimos en que
no está bien que solo las mujeres ha-
gan el trabajo doméstico no remune-
rado, sin embargo, si lo vemos como
un problema de equidad, bastaría con
proponer un salario para solucionar
esta injusticia, porque ciertamen-
te, la equidad consiste en dar a cada
quien lo que necesita, aunque esta
acción que sería “equitativa”, no toma
en cuenta que al ser las mujeres las
encargadas de realizar todo el traba-
jo doméstico, produce discriminación,
porque al hacerlo implica que ten-
gan menos tiempo libre para realizar
otras cosas y estén en una relación de
subordinación con sus parejas que no
hacen el trabajo doméstico y, por más
salario que recibieran por hacer el tra-
bajo doméstico, no tienen posibilida-
des de ascenso u otras compensacio-
nes que existen en otros trabajos.
Al tomar el camino de lograr la
igualdad, sabremos que es preciso
hacer que hombres y mujeres se re-
partan el trabajo doméstico corres-
ponsablemente, de tal manera que
ninguno de los dos quede con una
carga mayor de trabajo, porque eso
produce discriminación.
I N S T I T U T O E S TATA L D E E D U C A C I Ó N P A R A A D U LT O S
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