naria. En tanto este silencio impuesto profundizaba las atrofias de percepción e interrelación social, nunca se hicieron efectivas las medidas de
empoderamiento socioeconómico que atenuaran
las desventajas históricas y permitieran la más
adecuada inserción y desarrollo de los afrodescendientes cubanos. Con la revolución los espacios académicos y de instrucción, los enfoques de
la historia nacional y los espacios de expresión
cultural han dado natural continuidad a la visión
supremacista que reafirma la visión subalterna y
distorsionada de los afrodescendientes.
El avance global de las acciones y diseños destinados a hacer justicia histórica a la herencia afrodescendiente y promover el respeto a los derechos
de este sector poblacional, siempre discriminado,
ha puesto en evidencia a las autoridades cubanas,
quienes mantienen a Cuba bien separada de esa
dinámica global y continental. Después de satanizar a los líderes y organizaciones que bregan,
desde el apego a los valores universales y la independencia cívica, por promover el respeto a los
derechos y espacios de los afrodescendientes, las
autoridades de la Isla han dibujado una especie de
La marginación y su entorno
Dos décadas de profunda crisis socioeconómica
han reafirmado las desventajas históricas que sufren los afrodescendientes cubanos. 1