en toda su dimensión y profundidad, podrán aportar muy poco a los cambios fundamentales que
transformen la dura realidad nítidamente descrita
por Zurbano.
Las autoridades deben asumir la responsabilidad
por tantos años de atrofias e injusticias, socializar
el debate sobre el tema y devolver la voz a las víctimas para que volvamos a convertirnos en sujetos.
Zurbano acuña el término de luchador antirracista
de izquierda, pero la alineación ideológica es un
dato secundario. A estas alturas no sé si tal declaración es un acto preventivo de limpieza de sangre, para evitar una nueva andanada de agresiones
inquisitoriales y racistas como aquellas que sufrió
en la primavera del pasado año.
Muchos de los activistas de la sociedad civil independiente somos también de izquierda, pero la
vida ha demostrado que, en la lucha por defender
la igualdad y la dignidad de los seres humanos, lo
más importante es el humanismo y la fidelidad a
los valores universalmente reconocidos.
De cualquier manera, líderes y pensadores antirracistas como Juan René Betancourt, Walterio
Carbonell y Carlos Moore, fueron sometidos en
los umbrales mismos de la revolución a persecución, represión y ostracismo, a pesar de que eran
inequívocamente hombres de izquierda.
Durante décadas el pretexto de la unidad políticaideológica sembró silencio, inmovilismo y retraso
en el tratamiento del problema racial en Cuba.
Las experiencias exitosas de lucha por la igualdad
racial en Estados Unidos, Sudáfrica, Brasil y Colombia demuestran la importancia de romper esas
inútiles divisiones ideológicas que tanto debilitan
al movimiento.
Zurbano formula cinco puntos con los cuales propone “atravesar nuestras comunidades, dentro y
fuera de la capital, en busca de intercambio solidario, colaboración, crítica, propuestas y respuestas compartidas”.
1-Educación: Insertar en los currículos escolares
las problemáticas raciales, asumiendo la disposición de bibliografía, especialistas e instituciones
con resultados investigativos (historiografía, antropología, genética, etc.) que se publican y debaten fuera de los circuitos docentes, comenzando
con la preparación de los profesores y maestros.
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Así como insertar las historias de África, Asia y
Medio Oriente.
2-Mercado laboral: Promover el acceso a puestos
de trabajo que dignifiquen la capacidad profesional de trabajadores negros en importantes sectores económicos donde, evidentemente, son
excluidos.
Garantizar salarios dignos e implementar ayudas
económicas a familias de bajos ingresos, así como
vías de capacitación laboral para jóvenes residentes en barrios marginales.
3-Politicas públicas e instituciones dirigidas a
promover la igualdad racial con eficacia: Definir
instituciones y políticas que aborden las problemáticas raciales, significando los contenidos raciales