Identidades Numero 4, Diciembre 2014 | Page 83

La idea de la defensa ante la penetración de las ideologías del imperialismo dio pie a que las manifestaciones de las tradiciones culturales religiosas africanas que acompañaron la nacionalidad desde sus orígenes se juzgaran como expresiones folcloristas, valiosas como constancias históricas de los procesos culturales, pero retrasadas en sus credos y prácticas con respecto al ansiado progreso verdadero de la revolución. Algunas publicaciones oficiales siguieron las estrategias de educación ideológica mostrando el lado oscuro de la tradición y entendiendo el arraigo a ellas como incompatibles con el desarrollo social. Abundaron los calificativos de retrógradas, antisociales y contrarias a la revolución. Permeada la realidad por el discurso del poder, la orientación creadora derivadas de las bases ancestrales de la religiosidad y el sincretismo resultaba no solo compleja, sino peligrosa, a pesar de que derivaban del fenómeno transcultural que había impulsado el desarrollo de la identidad y la nacionalidad. La ficción o la invención de personajes y sucesos imaginarios con símbolos traídos a América por las mitologías de las religiones africanas para