El Hip Hop está creado por y para lo popular en
la cultura urbana, como reflejo de sus necesidades
y sueños, así como de los derrumbes y ocasos,
transformando la visión de las personas consumidas por la pobreza o la marginalidad.
En Cuba es como la voz del pueblo, que despierta
conciencias con narraciones de vivencias que
pueden tocarle a cualquiera.
Muchas veces no tiene intenciones políticas, pero
por su impacto social van a parar a ese punto y
llevan a confrontación con el régimen. Tenemos
músicos y amigos que han pasado por situaciones
de este tipo, como Raudel, Maykel Xtremo,
David d Omni, Estudiantes sin Semilla y otros.
Hay una especie de maquinación institucional
para que el Rap no se establezca ni eche raíces,
así como cierta inconexión entre músicos que defienden este género, pero actúan contra él.
Para muchos, el Hip Hop es una manera de vivir
que a menudo pasa a ser vital. La mayoría de los
raperos defienden su música, el amor en toda su
extensión y luchan por acabar con el racismo y
las desigualdades.
Estudiantes Sin Semilla. Foto: Adolfo Cabrera
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