Viviendo el Hip Hop cubano
Miriam Real
Promotora Cultural
Directora de la revista Hip Hop Misceláneo
La Habana, Cuba
H
ace unos días un amigo me decía de
forma metafórica que nosotros, por nuestra manera de funcionar y de enfrentar
nuestro trabajo dentro de la alternatividad, éramos como dinosaurios dentro de la sociedad cubana, donde aparentes cambios y aperturas
brindan una fingida imagen de libertad y pluralidad sin ser así, Vivimos en una sociedad donde
una cultura esencialmente urbana como el Hip
Hop, con mensajes dirigidos hacia los menos favorecidos, no tiene posibilidad de difusión, en
particular aquellos más críticos de la realidad cotidiana y sus flagelos. Todos los raperos han sido
víctimas, en menor o mayor medida, de la censura
directa o indirecta.
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No es menos cierto que algunos se sobreponen a
esa “fuerza “misteriosa” que todos sabemos que
no es la Seguridad del Estado con fachada de institución cultural, quizás porque han vencido el
miedo a lo desconocido y no son víctimas de prejuicios raciales y sociales. Como productora de
eventos dentro del género y directora de la revista
independiente Hip Hop Misceláneo, que defiende
la total libertad de creación y desarrollo, he atravesado situaciones como tener prohibido presentar la publicación en instituciones como la
Asociación Hermanos Saíz.