Identidades Numero 4, Diciembre 2014 | Page 64

fue el crítico Iván de la Nuez y detrás yo), y esto fue visto como si fuéramos un partido político que Paideia nunca fue”2. Los que sobrevivieron a “la desbandada” se reunían luego en la azotea de la casa de la madre de Reina María, que fue “bautizada con antorchas encendidas sobre los muros sin repello”. Así se inauguró el proyecto Azoteas, que trasladado años después al pináculo del Palacio del Segundo Cabo, entonces sede del Instituto Cubano del Li- que se autodenominaban “Agosto Negro”, aludiendo tanto a hechos de su propia historia en la lucha por los derechos civiles de la raza negra como también a esta gran fiesta del Hip Hop que ocurría en la cúspide del verano. Sobre las razones ofrecidas por las autoridades, Rodolfo Rensoli, coordinador de GrupoUno, expresa: “Lo más parecido a un argumento fue aquello de que: “el festival sobrepasaba nuestras posibilidades”… Pero hubo muchas cosas ambivalentes. Además, Festival de Rap en el anfiteatro de Alamar 2000. Foto. Archivo OMNI bro, se convirtió en la Torre de Letras. Al este de La Habana Mientras, al este de La Habana, se celebraba la quinta edición del Festival de Rap, creado por GrupoUno, proyecto de jóvenes artistas que confiaban en la utopía de crear una empresa independiente. Al ser intervenido por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), que supuestamente apoya y promueve el arte joven, ya había atraído a personalidades internacionales como Harry Belafonte y Danny Glover, a los activistas norteamericanos 64 ¿qué derecho tenían a sustituir un evento sin ser sus creadores, sus protagonistas? Eso sin contar que no hubo ningún ejemplo, (desde los términos que ellos sostienen), de posición “opositora”, ni siquiera política”. Una vez en manos institucionales, el evento fue debilitado y extinguido. Surgieron la Agencia de Rap y un Simposio de Hip Hop muy lejos de Alamar, que ya era conocida como la Ciudad del Rap y volvió al filo de su periferia, al ostracismo y al olvido. Pero esta ciudad de edificios “feos como decretos”3, sin historia ni atención oficial, insiste en construirse una identidad cultural. A fines de