en la escuela especial, le retirarían la pensión. Así
que decidió no enviar más a su hija a la escuela.
Xiomara narra que una trabajadora social le dijo
que le habían quitado la dieta para niños distróficos a su hija, “porque esos niños no van a aumentar más, porque esos niños de ahí no suben”,
refiriéndose al peso corporal. También se queja
de los serios problemas de su vivienda, que ponen
en riesgo su vida y la de su hija, a pesar de
las múltiples gestiones ante directivos e
instituciones oficiales por varios años.
El paso del socialismo, mantenido por subsidios que permitía grandes prestaciones
sociales, al capitalismo salvaje de Estado
con su “sálvese el que pueda” ha sumergido a una indeterminada, pero gran cantidad de ciudadanos en la miseria, sobre todo
personas de la tercera edad y familias con
discapacitados a su cargo.
Un tercer caso que ejemplifica el abandono
de los humildes por los que se aseguró que
se hacía la revolución, son Heriberta León
Mejías y su hijo Yadriel Frómeta, de 14
años, diagnosticado con retraso mental
moderado y excitación sicomotriz severa.
Desde que su hijo era menor, Heriberta ha pedido
“internarlo para tener una ayuda, porque yo estoy
muy enferma de los nervios” y el niño “es agresivo y tengo que cuidarlo el día entero. Hay días
que no puedo hacer ni una comida al día”. Han
sido inútiles todos sus reclamos a trabajadores sociales y otros funcionarios y organismos. Asegura
que son falsos los comentarios de que le habían
resuelto una institución para internarlo y que ella
la había rechazado: “Es mentira, todo está pedido
de años y no se le resuelve nada”.
Este caso se agrava por el engaño de los directivos de la Dirección Municipal de la Vivienda de
San Antonio de los Baños, quienes le permutaron
en 2003 su casa en el campo, que estaba en lugar
peligroso para la vida de su hijo, por un cuarto en
el pueblo, en malas condiciones y sin facilitarle
medios para repararlo por su cuenta.
La incapacidad de crear riquezas del sistema impuesto por los hermanos Castro imposibilita disponer de recursos suficientes para satisfacer
debidamente las demandas elementales infraestructura, servicios, producción y seguridad social.
Además, la excesiva centralización gubernamental viene acompañada de la desidia y corrupción
de muchos funcionarios de las cadenas de mando
descendentes, quienes dilapidan o hacen desaparecer parte los recursos asignados a la seguridad
social. Esto último imposibilita que se haga realidad plenamente lo enunciado en el título del reportaje oficialista: “Niños diferentes con iguales
Heriberta y Yadriel
derechos”.
Solo una descentralización unida a la transparencia en la gestión de gobierno y de la administración pública, la prensa libre, la liberación de las
fuerzas productivas y un orden jurídico que favorezcan la generación de riquezas individuales,
acompañadas de aportes proporcionales al presupuesto nacional, permitirán dar luz a las actuales
sombras del sistema de seguridad social.
Ello, y solo ello, con voluntad política de gobernantes que tracen políticas públicas centradas en
la persona humana y no en metas políticas de partidos y en cifras para mostrar al mundo, permitirá
que no queden más cubanos en necesidad extrema, abandonados a su suerte, como en la Cuba
de ayer y la de hoy.
*Nota del editor. La carencia de equipos de fotografía, hace que la calidad de las fotos no sea
óptima, pero resultan ilustrativas de la problemática social que nos presenta este trabajo.
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