Identidades Numero 4, Diciembre 2014 | Page 32

Un largo camino por recorrer clase y género en Cuba y el mundo Fernando Palacio Mogár Presidente del Partido Liberal Nacional Cubano La Habana, Cuba 32 L a Organización de Estados Americanos (OEA), fundada en 1948, es una de las instituciones que trabaja sólidamente en contra de todas las formas de discriminación, incluyendo la racial. Son varios los pactos y convenciones internacionales que sirven de herramientas para denunciar la discriminación, desde los Pactos Internacionales de Derechos Humanos hasta la Convención Internacional contra todas las Formas de Discriminación Racial. Las Naciones Unidas definen como discriminación: “Cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en la raza, color, sexo, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, propiedad, nacimiento u otro estatus y que tiene el propósito o efecto de anular o impedir el reconocimiento, goce o ejercicio de todas las personas a sus derechos y libertades”. Ninguna raza es privilegiada. Sólo por ignorancia y prejuicio puede divulgarse tal supremacía. A lo largo de la historia, unas razas se han instruido de otras y en esa instrucción se han beneficiado humanamente. Todas las personas pertenecen, por encima de razas, a la misma especie: la humana. En Cuba los afro descendientes son discriminados por prejuicios raciales. La discriminación racial radica en negar derechos y subyugar socialmente a las personas que pertenecen a cierta raza con el argumento de que son inferiores. Pero no hay un solo testimonio válido para afirmar que una raza es superior naturalmente a otra. Unos grupos raciales han tenido condiciones históricas y sociales más favorables, pero ningún signo de superioridad aflora en los genes de determinada. Las tradiciones, hábitos, formas de vida y costumbres de todos los grupos sociales deben respetarse siempre y cuando no afecten los derechos humanos ni los derechos de terceros ni se pretendan imponer obligadamente a los miembros de otro grupo. La Declaración sobre la Naturaleza de la Raza y de las Diferencias Raciales(1950) deja bien claro que las razas no existen. Lo que existe verdaderamente son los grupos humanos, que pueden ser religiosos, nacionales, geográficos, lingüísticos y culturales, pero no podemos definirlos ni llamarlos razas, porque no necesariamente coinciden con los grupos raciales. Otro concepto que maneja esta declaración es que la inteligencia no tiene nada que ver con el color de la piel. A través de la historia, los afrodescendientes cubanos han dado grandes aportes a la formación de su identidad nacional y han trabajado arduamente en el rescate de sus orígenes y de su cultura, así como por el reconocimiento de su identidad y el auto reconocimiento. En Cuba la problemática de la discriminación racial se ha convertido en un gran flagelo. Es una realidad que los afrodescendientes cubanos son los más desprotegidos, discriminados y desplazados, sin tener la oportunidad de gozar de algún mecanismo legal o institucional para llevar sus inquietudes y problemáticas al sentirse apartados, desabrigados o humillados.