Identidades Numero 4, Diciembre 2014 | Page 31

El llamado trienio liberal (1821-1823) y la convulsión de Oriente (1912) tuvieron como escenario a Santiago de Cuba, pero no se describen en nuestra historia con la responsabilidad que requieren ni se destaca el protagonismo de la población negra y mestiza. De este modo se contribuye al fortalecimiento de la falsa igualdad racial que proclama la revolución cubana, como forma encubierta de practicar o ejercer el racismo desde el propio Estado o gobierno. El trienio liberal tuvo, entre sus múltiples efectos, visibilizar las más apasionadas discusiones sobre la exclusión de los africanos y sus descendientes, los derechos ciudadanos refrendados en la Constitución española de 1812. La convulsión de Oriente fue movimiento social de negros y mestizos encaminado a lograr igualdad social, sin ánimo de favorecer a los afrodescendientes sobre el resto. El gobierno cubano mantiene fuera de su agenda el debate del tema racial. Ante las demandas raciales o sociales se recurre a un supuesto nacionalismo para así disolver la conciencia individual de los afrodescendientes en una conciencia nacional, como mecanismo de manipulación y control de este sector poblacional y de la sociedad en sentido general. Hay quienes aseveran que los afrodescendientes tenemos como más fiel aliado al Estado cubano. Sin embargo, no hay en Cuba la profundidad educacional y cultural de una sociedad multirracial, como se evidencia en el constante agradecimiento que un creciente número de afrodescendientes profesa al Estado sobre la base de que el Buró Ejecutivo del Partido Comunista en Santiago de Cuba está compuesto por 11 negros, 31 mestizos y 30 blancos. Esta representatividad mayoritariamente afrodescendiente no visibiliza los niveles de pobreza, marginación y desesperanza en este sector poblacional. La indigencia y la pobreza tienen color. La economía de rebusque es la opción de los afrodescendientes como alternativa para satisfacer necesidades, puesto que no participamos en todas las dimensiones de la economía cubana. Las condiciones habitacionales de Santiago son bien precarias. A