Identidades Numero 4, Diciembre 2014 | Page 124

también todos los países latinoamericanos intentarán convencer a los Estados Unidos de que renuncie a la terquedad, supere la parálisis con Cuba y la deje de catalogar como “Estado patrocinador del terrorismo”. La presión es cada vez más fuerte y, como se ha vuelto habitual, la Cumbre de las Américas vuelve a ser el escenario que aboga por la participación de Cuba dentro de la esfera regional. Muchos países latinoamericanos han condicionado su asistencia a la próxima edición, a celebrarse en Panamá en mayo de 2015, a la efectiva participación de Cuba. Diferentes gobiernos velan por la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos siendo permisivos con la situación de exclusión de la sociedad civil que se vive dentro de la Isla y la constante violación de las cláusulas democráticas suscritas por el régimen en diferentes organizaciones internacionales. La Carta Democrática Interamericana es contundente en su artículo primero: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla". Por tal motivo, tanto Colombia como los demás países de América Latina deben exigirle a Cuba un verdadero compromiso de transforma- 124 ción política como requisito esencial para su integración al Sistema Interamericano y dar así por terminado el aislamiento que ha tenido que soportar el pueblo cubano durante varias décadas. Que Cuba esté presente en la próxima Cumbre, solo si participa el espíritu del noble comprometido y no del villano timador. Considerar que la paz se construye de cualquier manera o de la forma en que unos pocos creen, sin permitir la participación de la sociedad civil, constituye un grave atentado contra la democracia y los derechos humanos. Colombia y Cuba deben seguir esforzándose por limar las asperezas internas, para de ahí sí saltar al escenario internacional a lucir con vehemencia el resultado de un proceso de pacificación que no consista solamente en reducir la tensión tanto dentro como fuera del país, sino que también garantice un trato justo e incluyente a todos los sectores de la sociedad. Solo así podrán ser reconocidos como honorables agentes de paz dentro de la región, dejando a un lado la apariencia y demostrando que no es una cuestión de conveniencia, sino de transparencia, cambiar la Paz Tropical por una paz cierta y real.