Afro” como descendencia en sus formas expresivas culturales. Es otra manera de abordar el problema del sujeto negro, la religiosidad, la
discriminación racial y de género, la orientación
sexual, el negrismo y la negritud.
El Big Bang
El Big Bang del tema afrocubano, el racismo y la
raza, la religiosidad y otros problemas del negro
en el arte y la sociedad cubana contemporánea sobrevino en las exhibiciones de la Casa de África
y del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales
(CDAV) a finales de los 90. Algunas no tuvieron
la debida promoción, pero todas revelaron otras
direcciones expresivas sobre la temática negra,
más incisivas y no menos hirientes, con muestras
al desnudo del lado “más oscuro” del negro en
medio de la peor crisis de la nación. Los aportes
formales y libertad de contenidos demostraron
que este tema, como raíz de la tradición viva, era
también factible dentro lenguaje de la postmodernidad y más allá de los paradigmas impuestos por
la política cultural.
Los presupuestos artísticos del grupo Antillano
marcaron amplia diferencia y encontraron fuerza
discursiva en las obras de Alexis Esquivel, Elio
Rodríguez, Armando Mariño y otros. Los expositores de Queloides I y II develaron en su discurso
artístico los visos de racismo y exclusión presentes en la sociedad cubana tras caer en los noventas
las cortinas de hierros de Europa del Este y levantarse cortinas de bagazos en la mayor de las Antillas (Esquivel, 2004).
Conclusión
Si algo ha permitido la permanencia del tema negro en la escena plástica es la fuerza expresiva en
sí con su propia vigencia, el lenguaje y las formas
del arte africano, y el discurso de la deculturación
a que fue sometida la diáspora. La esclavitud, el
colonialismo y la explotación acallaron la voz del
africano en América, mientras el sincretismo y la
transculturación lo parieron mestizo, acriollado y
como parte de una de síntesis de los tiempos culturales originarios.
La cosmovisión y las prácticas religiosas africanas han servido para recrear el discurso artístico
de identidad y en ellos se han planteado las problemáticas que dieron pie a los conceptos de etnia, raza y racialidad, sin quedar aún resueltos
como discurso teórico. La deconstrucción de estos componentes y su resemantización en la práctica cultural han servido para mantener vigente
esas huellas del pasado discriminatorio que se estamparon en la nacionalidad cubana desde los primeros momentos.
Levantar el arte del folclorismo barato es elevar a
su condición misma de precursor los útiles discursos de la identidad, como parte de una cultura visual re sintonizadora por la magnitud de saberes
y prácticas que se originan en el contexto sociocultural a partir de las problemáticas ideológicas
en la cultura cubana.
Lo afrocubano es la respuesta de autenticidad
contra la hegemonía de la deculturación a que
fueron sometidos los pueblos traídos por el Atlántico e implantados en América. Este problema no
puede vislumbrase como catarsis de la población
negra, sino como problema de integración en la
identidad cultural de la nacionalidad. Persisten
los mismos trances de exclusión, segregación y
rechazo en la sociedad cubana actual, ya sean por
factores psicosociales o culturales o los múltiples
factores que hoy en día acentúan las diferencias,
rebotes suburbanos y marginaciones ya sea por
ser negro, mulato, mestizo, pobre, disidente, religioso, gay u otro diferente.
Referencias
De Juan, Adelaida (1978).Pintura Cubana: Temas y variaciones. La Habana. UNIÓN.
De la Fuente Alejandro (2000). Una Nación
para todos. Madrid. Colibrí.
Esquivel, Alexis (2004). Catálogo de la Exposición Queloides.
Ibarra Cuesta, Jorge (2009). Patria, Etnia y Nación. La Habana. Ciencias Sociales.
Ribeaux, Diago A. (1998). “Ni músicos ni deportista”, Arte Cubano, No. 1.
Rigol, Jorge (1989). Apuntes sobre la pintura y
el grabado en Cuba. La Habana. Pueblo y Educación.
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