social vinculada a la moralidad, las prácticas de
normativas éticas y conductas relacionadas con el
erotismo del cubano, el misticismo y la espiritualidad.
Esto se entremezcló con el comportamiento de
una zona del universo popular cubano llevado a
lo poético, aparentemente fantástico y onírico,
pero un nuevo espectro político e ideológico aparecía en el escenario de la creación y esa liberación expresiva de las poéticas y los discursos
artísticos de la década se vieron afectados por
desencuentros ocasionales e incomprensiones,
contradicciones y obstáculos que, en medio de las
polémicas circunstancias históricas, incidieron en
las individualidades creadoras.
Las producciones artísticas a finales de la década
resultaron complejas en la literatura, mientras la
plástica había edulcorado paisajes rurales y fabulaciones incomprometidas. Solo unos pocos soportaron con la más altísima dignidad por su
confianza en qué significaba lo alcanzado como
sociedad.
Aun así se vieron como portadores del virus del
diversionismo ideológico o proclives a la extravagancia, es decir: aficionados a las melenas, los
Beatles, los pantalones ajustados, los peinados
afro, los evangelios, los escapularios y otras prácticas problemáticas.
Desde el Congreso Cultural de La Habana (1968)
se menciona el subdesarrollo cultural que hay que
suplantar en el orden social a través de la revolución científico-técnica. Las prácticas culturales y
religiosas de la tradición africana no constituían
un estandarte confiable ante el anhelado acercamiento a las ciencias y la explicación científica
del mundo. El peligroso etiquetamiento de un tipo
de orientación creadora religiosa, considerada
como retrograda y rezago del pasado, tornó más
complicada la vocación por obras con fuentes
conceptuales y referentes de la cosmovisión y religiosidad africana. Esta complicación se apreció
desde posiciones de la crítica artística, que no entendió, como raíz de tradición viva de la nacionalidad, las directrices de los discursos artísticos
calificados como folclorismo y cualidades exóticas de la negritud.
La plástica cubana —con las más modernas técnicas y tendencias— se llenó de contenidos 6