estar pendiente del peligro, toca el poste, se muere
al momento, porque la descarga, si quema la
yerba, es grande.
Entrevistador: ¿Han formulado quejas o reclamaciones a las autoridades? ¿Cuál ha sido la respuesta?
La madre: Sí, nos hemos quejado y han puesto
los “palitos” para los tendidos eléctricos, pero ahí
se quedaron. Hasta ahí llegó la solución. No se ha
dado un paso más. Los alcantarillados de aguas
albañales están abiertos, son zanjas, son desagües
al aire libre que provocan una contaminación total. Ahí juegan los niños. Ahí meten la mano, meten los pies, meten palos y se los meten en la boca.
Entrevistador: ¿Son problemas de fácil solución?
MZG: El tramo abierto no llega a cincuenta metros. Nosotros mismos hemos procedido a limpiarlo, pero no nos facilitan las condiciones, aunque podamos hacerlo los propios vecinos.
Entrevistador: Y los delegados del Poder Popular, ¿qué han respondido?
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MZG: Yo no los conozco.
La madre: Los delegados vienen, dan reuniones
y todo queda en ellas, porque no se ve una solución.
Entrevistador: En el asentamiento viven muchos
niños que han nacido aquí…
MZG: Si tú vives aquí, no puedes ir a parir a
Oriente. Las personas que vivimos aquí sabemos
cuál es la situación económica en los centros de
trabajo. Todo el mundo no tiene un buen trabajo
y aunque lo tengas, las posibilidades no son para
comprarte una casa. Nosotros vivimos aquí porque no tenemos casa en ningún otro lado. Vinimos aquí porque nos trajeron en un contingente
laboral. Nos casamos, hicimos una familia y necesitábamos tener privacidad. En un albergue no
podemos vivir. Yo no vine a aquí dando vueltas,
sino buscando un nivel de vida, pero el trabajo se
me jodió y con él, la economía que yo necesitaba
para mi familia. Y decidí comprar un solarcito
aquí y hacer esto.
Entrevistador: ¿Y no tienen derecho ni a la canasta básica?
MZG: ¿Qué canasta básica? Los niños aquí no
tienen derecho a nada. Los alimentos racionados
son cero para los niños. Aquí todo es por bolsa
negra.
La madre: Como muchas otras madres tuve que
sufrir cuando mis niños estaban chiquitos. Muchas veces lloraban por un pomo de leche y yo no
tenía que darle, ni siquiera azúcar para dársela con
agua. Tenía que buscar consuelo con otra cosa.
Entrevistador: Así que niños nacidos en La Habana no tienen derecho a la canasta básica
La madre: No tienen derecho
MZG: Aquí tenemos los documentos de que mis
hijos nacieron en el Hospital Naval de Habana
del Este y en Maternidad de Línea.
La madre: Y te voy a decir más. Es el gobierno
quien nos pone en esta situación y nos lleva a esta
discriminación. Los niños son discriminados en la
escuela, dondequiera son tratados como si fueran
extraños.
MZG: Como si fueran “bichos”, porque viven en
“Llega y pon”. Las personas que vivimos aquí somos héroes. No tenemos derecho a la vida. No podemos ni siquiera trabajar, porque somos perseguidos. No tenemos un cambio de dirección para
trabajar y estamos sobreviviendo honradamente.