¿Por qué no estoy en LASA?
Carta a la Asociación de Estudios Latinoamericanos
Manuel Cuesta Morúa*
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¿P
or qué no estoy en LASA? Mi país persevera en la no normalidad. Es el país
que ha tenido, por ejemplo, más representación numérica en los congresos de LASA al
tiempo que ha sido el de menor representación
plural en sus debates. Es al mismo tiempo el país
que genera más pasiones encontradas en el hemisferio occidental, y el que menos tolera el encuentro de sus diversas pasiones dentro de la isla. Es
también el lugar donde, como se solía decir antes
en América Latina, la ley solo existe para los
enemigos.
Por esas tres razones no puedo participar en este
congreso de LASA. El pasado año fue el último
en el que la Cuba oficial monopolizó los paradigmas del debate sobre Cuba, desde Cuba, en un
evento de esta solvencia. En el 2013 pude participar por primera vez, junto a dos entrañables colegas, en este prestigioso encuentro de ideas para
abrir, también por primera vez, la posibilidad de
que el pensamiento independiente dentro de Cuba
fuera reconocido en el mismo espacio en el que
por años ha sido reconocido solo el pensamiento
orgánico del poder, que a veces suele ser crítico.
Parecía que el gobierno comenzaba a aceptar
cierta normalidad, al menos en la discusión entre
cubanos diferentes que habitan el mismo espacio
territorial. Pero su intolerancia al encuentro civilizado de pasiones distintas al interior de Cuba
amenaza con revertir el derecho a la diferencia, es
decir, el paso a la normalidad. Y entonces usan,
con abuso, de la ley.
¿Cuál de ellas? La que proviene del poder, no de
la autoridad. El 26 de enero del presente año fui
detenido por el intento de organizar un Foro Alternativo a la II Cumbre de la CELAC. ¿Para qué
este Foro Alternativo? Para discutir sobre la Declaración Constitutiva de este espacio sub hemisférico que reúne a Jefes y Jefas de Estado de
América Latina y el Caribe, como ocurre en cualquier cumbre que se organiza en el mundo. ¿Qué
dice la Declaración Constitutiva de la CELAC?
Bueno, que todos los ciudadanos latinoamericanos y caribeños tenemos los derechos fundamentales que debemos tener y que los Estados están
obligados a proteger. Excepto el cubano. Por esta
excepción en las Américas estuve cuatro días en
una celda, por cuatro días fui interrogado y, luego
de liberado, se me impuso una Medida Cautelar
que me obliga a acudir todos los martes a una estación policial a firmar mi presencia hasta el día
presumible en que se me celebre juicio. Porque
estuve detenido por defender lo que se supone
promueve el Estado en mi país, saliendo con una