El Moro,
el precio del desdén
Surelys Vega Isás
Asistente de dirección de TV
La Habana, Cuba
Eric Fidel Toledo Acevedo
Profesor de Cultura Física
La Habana, Cuba
Los realizadores independientes no sólo
se ven amenazados por las autoridades,
sino que gran parte de la población se
niega a colaborar por diversas razones,
entre ellas el miedo a decir la verdad, a
que se divulgue su forma de pensar y lo
que realmente creen. Suelen abrigar
temores de hablar en público y decirle
al mundo lo que piensan, porque podrían sufrir represalias u otras consecuencias desagradables, ya sea contra
ellos o algún familiar. Lo primero que
preguntan es a que entidad pertenece el
equipo de filmación, para saber cómo
van a manifestarse durante la entrevista.
Otro inconveniente estriba en que algunos se avergüenzan de la pobreza en
que viven, de las malas condiciones y la
falta de higiene, no por decisión propia,
sino por carecer de alternativas, por
razones externas que arrastraron a esa
situación y muchas veces por injusticias
del gobierno.
Durante la filmación
L
a grabación de un audiovisual
independiente en exteriores trae
consigo muchas complejidades
técnicas, comenzando por la transportación del personal y del equipamiento
técnico.
Se corre el riesgo de que las autoridades
locales cuestionen y prohíban este tipo
de trabajo. En Cuba están autorizados a
grabar en exteriores las instituciones
gubernamentales y así obtienen lo que
el Estado quiere que se vea y se diga.
En ocasiones no se cuenta con los medios necesarios para proyectos alternativos, pero, como siempre, el ingenio
humano vence y queda demostrado que
no hacen falta miles de pesos ni equipos
profesionales para lograr objetivos. Sólo
que la forma independiente está prohibida, por el miedo a que se muestren las
realidades internas.
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