De momento sólo cuentan a favor de AfroMás sus programas verticales y su excelente material humano, además de las alianzas que ha estado logrando con otros grupos de activistas y de la todavía incipiente toma de conciencia de aquellas personas a las cuales se dirige su activismo. Necesitará estrechar lazos con organizaciones internacionales que se dedican a la defensa de las comunidades LGBTI y con todas aquellas que luchan por conquistar espacios más civilizados, donde ningún poder sea superior al respeto por la justicia social y los derechos humanos.
Este proyecto puede y debe convertirse en una nueva ventana abierta al mundo para mostrar las enormes dificultades de llevar a cabo su misión en las circunstancias tan complejas de nuestro país, así como para dejar testimonio de que tales dificultades no inducen a los cubanos a darse por vencidos en la víspera. El trabajo de AfroMás abre brecha y acredita el compromiso. Lo demás será cuestión de tiempo.
* Ver la nota editorial del número precedente de esta revista.
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