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Educar en colores: Una
aproximación desde la historia a la
educación en los distintos niveles de
enseñanza en Cuba (1959-2015)
Fidel Guillermo Duarte González

Historiador y especialista en Trabajo Comunitario
Pinar del Río, Cuba

E

nero de 1959 marca el nuevo
camino que debía seguir Cuba con
los nuevos ejes de una distinta
realidad en cuanto a las relaciones de
poder. Con la educación gratis y para
todos se esbozó uno de los acápites de la
estrategia política trazada por el líder del
movimiento insurreccional, vencedor a la
postre, de abrir las puertas de las escuelas
y universidades a todos los cubanos.
Junto a la reconocida Campaña de
Alfabetización, esta política propició que
se reconociera a la Isla como puntera de
la enseñanza, sobre todo en América
Latina. Dentro de este proceso de llevar la
educación como propósito político y a la
vez como bandera de los logros sociales
de la Revolución, se manejó también
emplear en los distintos niveles de
enseñanza el conocimiento de la historia.
Con la separación en 1976 de las
secretarías hasta entonces fundidas en un
solo Ministerio de Educación y Cultura,
empieza una lenta pero estrepitosa caída
de los valores fundamentales para medir
el progreso educativo. La problemática
racial se mantuvo oculta, a pesar de que el
líder reconoció en los primeros días del
triunfo que existía. En muchos casos el
tema resultó tabú y en otros, quienes
trataron de implementar aunque fuese una
tímida reacción contra este fenómeno

histórico-social fueron borrados, por
distintos medios, de la esfera pública En
la enseñanza de la historia establecida por
el Ministerio de Educación desde los
niveles de primaria, secundaria básica y
pre-universitario, así como en la
enseñanza.técnico-profesional,
[la enseñanza universitaria quedaría bajo
control del Ministerio de Educación
Superior],
no
resultó
totalmente
transparente el papel del negro en el largo
y doloroso camino de conformación de la
nación cubana. Pasando por la escuela
primaria hasta llegar a la universidad,
solo una élite blanca desempeñó el papel
hegemónico. Para ejemplificar claramente
cómo se ve este proceso de aprendizaje
desvalorizado por quienes debían ser los
principales garantes de justicia social, en
los niveles en que el adolescente
desarrolla la conciencia y forma su
personalidad, la única figura negra que se
muestra durante el estudio de las guerras
de independencia es Antonio Maceo, a la
vez que se encumbran disímiles patricios
blancos. Patriotas como los generales
negros Domingo Díaz y Vidal Ducasse
fueron obviados de los libros, en tanto la
grandeza de hombres como Guillermo
Moncada y Quintín Banderas no resultó
al
parecer
importante
para
los
planificadores de los programas de
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