IDENTIDADES 1 ESPAÑOL IDENTIDADES 2 ESPAÑOL | Page 32

de algunos de escasa demanda en el mercado negro. Otros acechan los desperdicios en los barrios de opulencia económica, que se denominan “zonas congeladas”. Un afrodescendiente de 28 años vende artículos de segunda mano recolectados de la basura. Su mayor esperanza es “dar un buen tablazo en la bolita”, que es un juego de lotería prohibido por la ley. Agrega que dejó de buscar trabajo porque “las plazas se las daban a otros, aun no teniendo ni el nivel”. Cuando trabajaba como albañil particular, este afrodescendi ente sentía la mirada vigilante de quienes lo contrataban: “Era como si en vez de trabajar hubiera ido a robar”. Las raíces de la indigencia negra En Cuba se desconocen las estadísticas criminales asociadas a la discriminación racial. Tampoco hay valoración pública del alcance social de los sentimientos de marginación o discriminativos. Según Madrazo, estudios antropológicos cubanos revelan las causas que provocan las desventajas económicas de los afrodescendientes y “el problema racial en la indigencia adquiere matices nacionales. Provincias con composición étnica fundamentalmente blanca, exhiben cifras mayoritarias de indigencia negra. La indigencia es el resultado de una crisis extensa que arrastra 32 a grupos poblacionales desfavorecidos, donde se encuentran los afrodescendientes”. Cuesta Morúa concuerda que el aumento de las diferencias sociales rezaga a la población negra: “Existe una tendencia creciente de la latinoamericanizacion de Cuba en el sentido de las desigualdades sociales. En la medida que eso se profundiza, se ha visto más la diferencia racial en todos los estratos de la sociedad y la indigencia es el resumen del racismo estructural de la sociedad cubana”. La represión como política social Para cualquier observador que resida en Cuba no será difícil identificar el umbral de los sentimientos discriminadores. De cada cinco personas que la policía detiene en la calle para exigir identificación o practicar un registro, cuatro son afrodescendientes. Lejos de impulsar políticas sociales para eliminar la pobreza, el gobierno reprime la manifestación pública de sus consecuencias. La solución se establece mediante el arresto policial de los indigentes, la imposición de multas, la confiscación de los artículos que venden y el ingreso en hospitales psiquiátricos. Según las autoridades, los indigentes en las calles “son locos” y hasta se describen como alcohólicos que invaden