Tanto tiempo a su lado y Evo
estaba cómodo en su hogar
con ella que no quiso dejar ir a
Bolivia. Primero se burló
cruelmente de ella “a ver si separaba de su marido. No
podía ser posible que él, tan
bueno, hubiese golpeado a
Bolivia, no lo creyeron ni por un
momento. Bolivia escuchó a
aguantas” le dijo; luego viendo
como ella empacaba las cosas
le repitió que la amaba e hizo
promesas vanas (como otras
tantas veces) y al ver que esto todos decir que incluso si la
hubiese golpeado realmente:
“tu marido es, tienes que
aguantar”, “realmente no es tan
grave después de todo lo que
ya no funcionaba la amenazó y
la trató de mentirosa, fue
inmediatamente con sus
amigos y familiares a decir que
ella estaba loca, la humilló hizo por ti”. Algunos de esos
amigos y familiares aun piden
una reconciliación y él parece
muy feliz al verla sufrir,
dispuesto a volver en cualquier
públicamente y la deslegitimizó.
Pese a que pocos creían en las
palabras de Bolivia, ella se armó
de valor y después de una gran
discusión hizo que Evo se fuera momento.
Ahora que Evo se ha ido Bolivia
no sabe si alegrarse o llorar, una
parte de ella está feliz de que el
abuso termine, pero otra parte
de casa. Él se fue sin pedir
perdón, culpándola,
victimizándose, amenazando
desde lejos con volver mientras
se refugiaba en sus amigos y extraña a Evo ¿qué hará sin él?,
¿cómo sobrevivirá?, ¿de dónde
le dará de comer a sus wawas?
Estos 14 años Evo le hizo creer
que sin él morirá y se lo sigue
familiares que miraron con
desprecio como Bolivia se repitiendo desde lejos, que
todo lo que habían