IV
Olvidar los días malos
Por tantas bendiciones
días de tormenta y trueno y por tu vida y compañía
volver la vista a tus ojos por tus virtudes y poesía
ver el amor sin ruego
Que me diste a manos llenas
¡Sin ataduras ni cadenas!
musa de mis amores
Me hiciste creer en Dios
en su poder y tentaciones
Te salía desde adentro el mejor regalo fuiste tu
a mi corazón perplejo gracias por las oraciones
Sorprendido por merecer Una sonrisa en mis labios
tu compañía y sentimientos
lleno de agradecimiento
tu voz , tu rumor y tu silencio parto a mi destino eterno
cariño, amor y pasión sin freno con la muerte de la mano
¡Atosigo al corazón!
Cara de incertidumbre
con tanto pensamiento la parca ha colocado
por la alegría de la vida con expresión quieta
y porque llega mi partida
Levanto la vista al cielo
con una lágrima escurriendo
cara de agradecimiento
cerca del lecho eterno
me mira de lado
¡Cara de duda y asombro!
pues mi vida ha terminado
y reluciente mi mirada
¡Ella se ha percatado!