IDEARIO DE LA EDUCACIÓN LASALLISTA PERUANA
pesar de las dificultades con las que tropiezan, los lasallistas tienen la inmensa
ambición de contribuir a la expansión de esta fraternidad por la que se esfuerzan
en dar testimonio.
Escuela inclusiva . La escuela lasallista atiende e incorpora, en función de las
condiciones propias de cada obra, a las personas con discapacidad, grupos
sociales excluidos, marginados y vulnerables, sin distinción de etnia, religión,
sexo u otra causa de discriminación.
Educación intercultural . La educación en las obras lasallistas asume como
riqueza la diversidad cultural, étnica y lingüística de su país, y encuentra en el
reconocimiento y respeto a las diferencias, así como en el mutuo conocimiento y
actitud de apertura al encuentro del otro, sustento para la convivencia armónica y
el intercambio entre las diversas culturas.
Formación de la autonomía . Todas las relaciones humanas en la escuela lasallista
son vividas con espíritu crítico para ayudar al educando a conquistar una
responsable autonomía de juicio, y hacerse cargo de las situaciones cotidianas de
la vida, en especial cuando hay que tomar decisiones.
3. Educación de calidad con proyección social y atención preferencial a los pobres:
Servicio
El tercer eje de la propuesta educación lasallista es el Servicio en el que se distinguen
dos sentidos distintos y complementarios: primero, el celo ardiente que ha de
empeñarse en el servicio educativo hace referencia directa a la calidad de la
educación brindada y, en segundo lugar, la educación de la conciencia social de los
estudiantes que dirigen la mirada a la atención preferencial de los pobres.
El educador lasallista entiende su trabajo como un “ministerio” y desde las aulas
colabora con el plan de Dios que se realiza día a día. Es decir, desarrolla su labor
educativa con entrega y dedicación conscientes, propias de un educador creyente
que se compromete con los estudiantes que Dios le confía. Esto lo mueve a realizar
todas sus tareas pedagógicas con celo ardiente, dando en cada una de ellas lo mejor
de sí para que la “ escuela marche bien ”. Esta es la calidad que se promueve,
sustentada fundamentalmente en las convicciones profundas del educador que
derivan en un servicio bien dado.
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