Por ejemplo en la producción: En el proceso de fabricación automatizado, las punzonadoras desempeñan un papel fundamental. Se encargan de dar la forma deseada al carton ondulado, que se procesa en hojas o tiras, mediante procesos de corte, troquelado y ranurado. «Preparamos los troqueles de modo que ahorren todo el material posible y se reduzcan al mínimo los recortes de estampación, por ejemplo, los trozos de los bordes, los cuales volvemos a reciclar», explica Pedley. Desde octubre de 2013 todo este proceso se lleva a cabo con el apoyo completamente automático de la prensa de canal VK 4208 de HSM. Esta máquina sustituye a la Antigua prensa de balas, que ya no cumplía con el moderno concepto de producción ni tampoco con el aumento de los requisitos de seguridad.
Rentabilidad desde la producción a la eliminación
La nueva VK 4208 de HSM está integrada en el proceso de producción y funciona mediante alimentación por aire. Los residuos generados en varias punzonadoras se aspiran durante la producción y se transportan directamente a la prensa de canal mediante un sistema de canales de aire equipado con ventiladores de cuchillas que trituran los restos de cartón ondulado. Según Pedley, la fiabilidad de la prensa influye en la eficiencia de todo el proceso. «Si la prensa falla, se detiene la producción. No podemos permitirnos comprometer la calidad técnica».
El director de la empresa ve otra ventaja en el funcionamiento completamente automático de la VK 4208 de HSM. Con la antigua prensa debía contar con una persona a tiempo completo para su funcionamiento, en cambio la nueva prensa de balas trabaja sola, por así decirlo. Si recibe material, una célula fotoeléctrica inicia el proceso de prensado horizontal, que comprime el material acumulado en balas con una fuerza de prensado de 75 Newton por centímetro cuadrado y, a continuación, las ata automáticamente con alambre. Las balas tienen un peso de hasta 420 kg. En GWP Packaging pesan normalmente el doble que con su máquina anterior. Una balas de calidad que también impresionan a las empresas de reciclaje, que pagan mucho más que antes por los recortes de estampación reciclables (aproximadamente 450 toneladas al año).