El cambio a una sociedad digital tendrá lugar durante los próximos 20 a 35 años. El crecimiento de la demanda de formación, la transformación de infraestructuras de analógico a digital y la adaptación de ecosistemas comerciales totalmente integrados no serán procesos fluidos. Atendiendo a las repercusiones de Industria 4.0, parece ser que el factor de mayor importancia será su múltiple polarización y que, en función de la combinación de personas, regiones e industrias, habrá ventajas y también riesgos inabordables.
La disponibilidad de la infraestructura digital, el aumento de la disponibilidad de fuentes de datos y la necesidad de la eficacia de servicios y algoritmos de acuerdo con la Ley de Moore son los requisitos previos para el cambio a una sociedad digital y a Industria 4.0. Desde una perspectiva crítica, sin embargo, si la infraestructura de inteligencia omnipresente no está disponible en su forma ideal, no se puede utilizar, o se ignora de forma consciente, pueden generarse riesgos inherentes.
Los efectos de Industria 4.0 y el uso de la robótica en el entorno laboral son muchos y diversos, y se ven influidos por la disponibilidad de infraestructuras en una empresa y su alineación global, así como por las estrategias de inversión digital y la cooperación entre los agentes sociales.
La transformación digital necesitará una transformación en la demanda de las habilidades: aumentará la demanda de trabajadores más cualificados y capacitados con conocimientos de relaciones complejas. El conocimiento sobre estas relaciones quedará obsoleto más rápidamente conforme la tecnología se desarrolle, y los trabajadores tendrán que actualizar sus conocimientos constantemente. La sociedad del conocimiento experimentará una nueva y mayor dependencia de los conocimientos actualizados, mientras que, al mismo tiempo, los procesos considerados molestos y monótonos se reducirán a medida que las máquinas sean capaces de tomar decisiones de forma autónoma. En algunos casos, por ejemplo, este desarrollo implicará que incluso los trabajadores especializados dejen de ser necesarios en los entornos de producción, y también es posible que la Industria 4.0 acabe por elevar la tasa de desempleo entre el personal especializado y los trabajadores menos cualificados(Möller, 2015).
OPINIÓN