Hay propuestas que parecen muy atractivas, como evitar las órdenes verbales, limitar las horas de trabajo del personal o retirar el cloruro de potasio de las provisiones rutinarias, pero no han probado ser capaces de reducir los eventos adversos.
Una estrategia importante parece ser la de crear una cultura del reporte, que permita reconocer las condiciones de error latente. Al margen de mejorar las competencias de los individuos, la mayor parte de los enfoques se tendrán que dirigir a las organizaciones, pues aún en el informe del Institute of Medicine se admite que la mayor parte de los errores lo fueron de los sistemas. Como en la práctica médica, el enfoque preventivo tendría que privilegiarse por sobre el correctivo, enfocándose a los errores latentes y contribuyendo a exonerar a los médicos a los que se ha culpado aún de las deficiencias en las organizaciones.