IAMAQ Magazine 3/2020
El recuerdo de Luigi Giurdanella
Luigi Giurdanella: poeta, operador cultural y cofundador con Gabriele Cavagna de la Asociación Cultural
"Los Poetas de Aries", nacido en Milán el 21 de marzo de 1990
en el Estudio de Gabriele en Milán en Via Alzaia Naviglio Grande.
GABRIELE CAVAGNA: "LA INMORTAL"
A Gabriele le hubiera gustado mucho este título paradójico, el que fue maestro y amante de lo increíble, de lo irracional: de lo paradójico, de hecho. Teníamos una amistad de larga data con Gabriele. La primera vez que crucé el umbral del Studio d'Arte l'Ariete, de Gabriele Cavagna, ubicado en la zona más característica de Milán, los Navigli, fueron los años ochenta. Llegué allí gracias al boca a boca entre artistas e intelectuales, que lo señalaron como el salón literario más popular de Milán. En ese contexto, recité algunos de mis poemas y Gabriele se entusiasmó al decirme que finalmente había encontrado "un alma gemela". Charlamos toda la noche. Descubrimos que compartíamos una determinada característica en la difusión del mensaje poético. Él, un ingeniero mecánico, diseñador de maquinaria complicada, había escrito toda una colección de “Poemas mecánicos”; Yo, empleado en una empresa multinacional, ese ambiente de trabajo había inspirado la colección. “Escenas de desesperación en una oficina”. Entonces llegamos a la conclusión de que ambos éramos autores de la poesía. Pero, en la continuación, nos dijimos: ¿no somos en cambio poetas cedidos a la industria? Y estallamos en una carcajada rotunda. Fue el comienzo de una hermosa amistad, de una formidable asociación cultural e intelectual.
Al escuchar la triste noticia del fallecimiento de Gabriele Cavagna (Piacenza 21/3/1942 - Milán 9/11/2020), después de un momento de desconcierto y desesperación, me vino a la mente su poema "L’IMMORTALE". Poesía que se incluyó en el número VI de "I Quaderni dell'Ariete" de abril de 2006, volúmenes anuales de colección de poesía reservados para nuestro grupo "Los Poetas de Aries"; Grupo nacido el 21 de marzo de 1990 y del que Gabriele y yo fuimos los Padres Fundadores. Este poema es un verdadero concentrado de problemas sociales de gran actualidad; cada personaje es una condensación de metáforas y símbolos. Cuando Gabriele lo leyó en público, el poema despertó perplejidad e hilaridad. Fui el primero en burlarme de ese correr de una persona a otra para pedir atención y atención. Entre los personajes entrevistados había un amigo y un poeta. Me sentí personalmente involucrado y, riendo, dije que si lo escuchaba, ¡la anciana lo agarraría de inmediato!