I Edición Senderos Didácticos: Vigaroé - Pino Gordo Barranco de Vigaroé - La Aldea por Pino Gordo | Page 2

Barranco de Vigaroé- Pino Gordo- Molino de Agua. (La Aldea) La lucha por el Agua. El Barranco de Vigaroé, es un barranco tributario de la mayor cuenca que existe en la isla, la de Tejeda – La Aldea, majestuoso corte, que divide los Macizos de Tamadaba-Altavista, e Inagua, Ojeda y Pajonales, cuya cabecera es el macizo central de la isla por su vertiente Oeste. La escasa permeabilidad del Macizo de Inagua, así como su espectacular altura, hacen que cuando las pocas, pero torrenciales, precipitaciones, se producen, el agua escape despavorida a encontrarse en el Barranco de La Aldea, con la infinidad de caideros y barrancos cargados de ésta en una feroz carrera hacia el mar. El agua, siempre aliada con la erosión trabajará a destajo para restar majestuosidad en altura, a los macizos, esculpiendo al mismo tiempo las caprichosas formas que ella sólo sabe realizar. Pero no es el agua únicamente un elemento moldeador del relieve, también es fuente de vida; así, tanto el aborigen Canario, como luego el conquistador Castellano, supieron de la importancia de ella, en una tierra, seca, pero muy agradecida cuando es bendecida por el liquido elemento. No es de extrañar entonces que Gran Canaria ofrezca las más variadas estrategias hidráulicas para almacenar y aprovechar tan escaso recurso. La gestión del agua ha sido y será siempre en esta tierra un arma de poder y riqueza, toda una red de acequias, canales, cantoneras, pozos, galerías, estanques, aljibes, presas, etc., demuestran la necesidad del agua, y la mercancía en que esta se convierte. Con la llegada de los castellanos, a través de las Datas, se reparten tierras y agua, siempre ligada la una a la otra, sin agua para nada sirve la tierra, pero con el paso del tiempo las aguas se desvinculan de la tierra y su propiedad se transmite separadamente de ésta, generando numerosos conflictos, a partir de siglo XIX con las reformas liberales, el agua queda totalmente privatizada en Canarias, circunstancia que se da hasta la actualidad a excepción de un municipio, La Aldea de San Nicolás, donde 300 años de lucha, en lo que se denomina “El Pleito de La Aldea”, se solucionan el 14 de febrero de 1927, tras la visita del Ministro de Gracia y Justicia, Galo Ponte y Escartín, se expropia a los titulares de la finca en litigio o gran hacienda de La Aldea de San Nicolás (1.954 Ha.) y, a su vez, se venden sus tierras y aguas, inseparablemente, a los colonos, para que por fin las disfrutaran, mediante el Decreto-Ley de 15 de marzo de 1927. El agua y la tierra para quien la trabaja. Esto explica también la facilidad con la que se han consolidado las iniciativas cooperativistas en el municipio y que en su blasón figure el lema "Todos unidos por el trabajo". Tengamos agua y lo tendremos todo. Árboles, plantas, flores y frutos. Sin el agua nada habría ni pudiera prosperar. El agua es la vida, el sostenimiento de la naturaleza vegetal. La tierra madre fecunda, en todo su esplendor y lozanía. En Canarias no existen ríos, pero a veces llueve copiosamente, deslizándose al mar considerables masas de agua que son una riqueza incalculable... Tengamos agua y lo tendremos todo . Antonio Mª Manrique, 1905 . 1